MADRID, 22 May. (EUROPA PRESS) -
La insuficiencia cardiaca y el accidente cerebrovascular se han identificado como una combinación letal en una investigación presentada este sábado en 'EuroHeartCare 2017', que se celebra en Jonkoping, Suecia. Los pacientes con insuficiencia cardiaca con ictus previo presentaban mayores riesgos de depresión, hospitalización y muerte que aquellos sin antecedentes de accidente cerebrovascular.
"El accidente cerebrovascular es una comorbilidad común en pacientes con insuficiencia cardiaca, pero se sabe poco sobre las características y los resultados de esta población de pacientes --explica Chantal Ski, profesora asociada de la Universidad de Melbourne, Australia--. Ambas son enfermedades complejas y debilitantes, por lo que parece probable que los pacientes que experimentan ambos empeoren, pero no hay ninguna base de evidencia para ayudar a guiar la práctica clínica".
Este trabajo se realizó para identificar las diferencias en las características psicosociales y de comportamiento y los resultados entre los pacientes con insuficiencia cardiaca con y sin accidente cerebrovascular comórbido. Esta investigación fue un análisis secundario del 'Coordinating study evaluating Outcomes of Advising and Counselling in Heart failure' (COACH), un ensayo controlado aleatorio realizado en 17 centros en Países Bajos.
El estudio incluyó a 1.023 pacientes mayores de 18 años que fueron hospitalizados por insuficiencia cardiaca. De ellos, 105 sufrieron un accidente cerebrovascular anterior y 918 no. Para ser candidato para el estudio, los pacientes tenían que estar lo suficientemente bien para viajar al hospital y ser entrevistados.
Se recogieron datos sobre factores de riesgo cardiovascular, comorbilidades y gravedad de la enfermedad mediante entrevistas, cuestionarios y evaluación clínica a los seis, 12 y 18 meses, y se siguió a los pacientes durante tres años. Los investigadores compararon los riesgos de hospitalización y mortalidad entre pacientes con insuficiencia cardiaca con y sin antecedentes de accidente cerebrovascular.
Al inicio del estudio, los pacientes de los dos grupos eran similares, excepto que aquellos con insuficiencia cardiaca y accidente cerebrovascular tenían más comorbilidades que los que sufrían solo insuficiencia cardiaca. Los pacientes con insuficiencia cardiaca con antecedentes de ictus estaban significativamente peor que aquellos con insuficiencia cardiaca sola en todos los resultados y en todos los momentos.
Los pacientes con ambas enfermedades murieron un promedio de cinco meses antes que aquellos con insuficiencia cardiaca sola. A los 18 meses, los pacientes con insuficiencia cardiaca y antecedentes de ictus tuvieron entre 1,5 y 2 veces más probabilidades de hospitalización o muerte que aquellos con insuficiencia cardiaca sola.
LOS AFECTADOS NECESITAN UNA ATENCIÓN MULTIDISCIPLINAR
Después de ajustar la edad, el sexo, la gravedad de la insuficiencia cardiaca (clasificación de I a IV de la 'New York Heart Association' [NYHA]), la diabetes tipo 2, el ataque isquémico transitorio y la enfermedad arterial periférica, los pacientes con insuficiencia cardiaca y accidente cerebrovascular registraban todavía un 59 por ciento más de posibilidades de ser rehospitalizados o morir en comparación con el otro grupo.
A los tres años, los pacientes con insuficiencia cardiaca con accidente cerebrovascular tuvieron una probabilidad de hasta un 56 por ciento mayor de muerte por todas las causas que aquellos con insuficiencia cardiaca sola, después de ajustar la edad, el sexo y la clasificación de la NYHA.
En comparación con los pacientes sin antecedentes de accidente cerebrovascular, los que sufrían insuficiencia cardiaca con ictus previo experimentaron rehospitalización cardiovascular 84 días antes, hospitalización por todas las causas 78 días antes y rehospitalización por fallo cardiaco dos meses antes. Un año después de la salida del hospital, los pacientes con ambas patologías eran dos veces más propensos a estar deprimidos que aquellos sólo con insuficiencia cardiaca.
"Nuestro estudio demuestra que tener tanto insuficiencia cardiaca como accidentes cerebrovasculares pone a los pacientes en doble de riesgo que si sólo tienen una de las enfermedades. Estos pacientes tenían que ser capaces de viajar al hospital para participar en la investigación, lo que significa que se habían recuperado de su accidente cerebrovascular o sólo tenían discapacidades leves. Las personas con un accidente cerebrovascular grave podrían tener resultados aún peores", dice Ski.
"El aumento de los riesgos que observamos en los pacientes con ambas enfermedades podría deberse a que no recibieron una atención óptima o la formación sobre cómo auto gestionar ambas patologías al mismo tiempo -señala--. Además, sabemos que el ejercicio puede reducir el riesgo de nuevos eventos en pacientes con insuficiencia cardiaca o accidente cerebrovascular, pero tener ambas enfermedades incapacita a una proporción significativa de esta población".
Y concluye: "Actualmente, la insuficiencia cardiaca es manejada por un equipo y el accidente cerebrovascular por otro. Los pacientes con insuficiencia cardiaca y accidente cerebrovascular necesitan un enfoque interdisciplinario e integrado de su cuidado en el hospital y en casa. Los equipos de insuficiencia cardiaca y accidente cerebrovascular deben trabajar juntos para racionalizar los medicamentos, reforzar el estilo de vida y los cambios de comportamiento e incluir a los cuidadores y familiares en cualquier intervención".