MADRID, 26 Ene. (EUROPA PRESS) -
Ochenta partes interesadas de veinte grandes instituciones de investigación biomédica de todo el mundo han acordado una lista de 19 prácticas de ciencia abierta que deberán aplicarse y supervisarse, según anuncian en la revista de acceso abierto 'PLOS Biology'.
El estudio, dirigido por la doctora Kelly Cobey, científica y directora del Programa de Ciencia Abierta y Metainvestigación del Instituto del Corazón de la Universidad de Ottawa (Canadá), constituye la base para el futuro desarrollo de cuadros de mando digitales institucionales que mostrarán el cumplimiento de las prácticas de ciencia abierta por parte de esa institución.
En los últimos años han aumentado en todo el mundo los mandatos y directrices relacionados con la ciencia abierta. Las prácticas de ciencia abierta, como la publicación en acceso abierto, los preprints, la puesta en común de datos y el registro de ensayos clínicos, contribuyen a garantizar que la investigación sea lo más transparente, accesible y utilizable posible.
La pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto que la naturaleza tradicionalmente "cerrada" de la investigación biomédica no sirve a la comunidad mundial, recuerdan los autores del estudio. Por ello, para pasar a un ecosistema de investigación "abierto", recuerdan que los investigadores necesitan formación y apoyo.
A pesar de la multitud de convocatorias y políticas que pretenden "abrir" la investigación, alertan de que actualmente no existe ningún sistema para supervisar el estado de la práctica en las instituciones académicas.
La supervisión es necesaria para seguir los avances a lo largo del tiempo, pero también para identificar las áreas en las que es necesario intervenir para cambiar las prácticas, recuerdan y por ello formulan las 19 prácticas básicas de ciencia abierta, que estiman que ayudarán a estandarizar el seguimiento a nivel mundial.
El estudio describe un proceso iterativo a través del cual las partes interesadas de las instituciones se comunicaron para obtener un consenso. Se utilizó un estudio Delphi de tres rondas en el que un grupo de partes interesadas votó sobre las posibles prácticas de ciencia abierta a supervisar.
Las dos primeras rondas de la votación Delphi se realizaron mediante encuesta electrónica, mientras que la ronda final se completó durante dos días en una reunión virtual. Los participantes tuvieron la oportunidad de comentar y votar de forma anónima las posibles prácticas, así como de sugerir prácticas novedosas al grupo. Este enfoque ayudó a normalizar la comunicación y a reducir los sesgos.
Las 19 prácticas se someterán ahora a prueba para determinar si es posible automatizarlas e incluirlas en un cuadro de mando digital de código abierto que se desarrollará para su uso en instituciones biomédicas.
"Disponer de un conjunto consensuado de prácticas de ciencia abierta que supervisar es un hito importante para la comunidad. Al adoptar este enfoque centrado en la comunidad, esperamos desarrollar y poner a disposición de las instituciones biomédicas una herramienta para supervisar las prácticas de ciencia abierta", destaca Cobey.
"En última instancia, necesitamos hacer un seguimiento de las prácticas de ciencia abierta para asegurarnos de que estamos tomando las medidas oportunas para abrir la investigación y para asegurarnos de que cumplimos con los mandatos de ciencia abierta existentes, recuerda.
Y advierte de que "la política en ausencia de seguimiento no es eficaz. Hemos llegado a un acuerdo sobre cómo diseñar un cuadro de mandos digital para hacer un seguimiento de las prácticas de ciencia abierta y determinar si estamos haciendo un buen trabajo implementándolas o no".