MADRID, 26 May. (EUROPA PRESS) -
Una herramienta de inteligencia artificial que se está desarrollando en la Universidad de Duke, en Estados Unidos, puede incorporarse al inodoro estándar para ayudar a analizar las heces de los pacientes y dar a los gastroenterólogos la información que necesitan para proporcionar un tratamiento adecuado, según una investigación que fue seleccionada para su presentación en la Digestive Disease Week (DDW) 2021.
Esta nueva tecnología podría ayudar en el manejo de problemas gastrointestinales crónicos como la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) y el síndrome del intestino irritable (SII).
"Por lo general, los gastroenterólogos tienen que confiar en la información sobre las heces que el propio paciente les comunica para ayudar a determinar la causa de sus problemas de salud gastrointestinales, lo cual puede ser muy poco fiable", afirma la doctora Deborah Fisher, una de las autoras principales del estudio y profesora asociada de medicina en la Universidad de Duke.
"Los pacientes a menudo no pueden recordar el aspecto de sus heces o la frecuencia con la que defecan, lo que forma parte del proceso de control estándar --prosigue--. La tecnología del inodoro inteligente nos permitirá reunir la información a largo plazo necesaria para realizar un diagnóstico más preciso y oportuno de los problemas gastrointestinales crónicos".
La tecnología puede instalarse a posteriori en las tuberías de un inodoro ya existente. Cuando una persona defeca y tira de la cadena, el inodoro toma una imagen de las heces dentro de las tuberías. Los datos recogidos a lo largo del tiempo permitirán al gastroenterólogo conocer mejor la forma de las heces del paciente (es decir, sueltas, normales o estreñidas) y la presencia de sangre, lo que le permitirá diagnosticar al paciente y ofrecerle el tratamiento adecuado para su enfermedad.
Para desarrollar la herramienta de análisis de imágenes de inteligencia artificial para el inodoro inteligente, los investigadores analizaron 3.328 imágenes únicas de heces encontradas en Internet o proporcionadas por los participantes en la investigación.
Todas las imágenes fueron revisadas y anotadas por gastroenterólogos según la escala de heces de Bristol, una herramienta clínica habitual para clasificar las heces.
Utilizando un enfoque computacionalmente eficiente de redes neuronales convolucionales, que es un tipo de algoritmo de aprendizaje profundo que puede analizar imágenes, los investigadores encontraron que el algoritmo clasificó con precisión la forma de las heces el 85,1 por ciento de las veces; la detección de sangre bruta tuvo una precisión del 76,3 por ciento.
"Somos optimistas en cuanto a la disposición de los pacientes a utilizar esta tecnología porque es algo que se puede instalar en las tuberías de su inodoro y no requiere que el paciente haga nada más que tirar de la cadena", reconoce Sonia Grego, investigadora principal del estudio y directora fundadora del Duke Smart Toilet Lab.
"Un brote de EII podría diagnosticarse con el inodoro inteligente y la respuesta del paciente al tratamiento podría controlarse con la tecnología --asegura--. Esto podría ser especialmente útil para los pacientes que viven en centros de atención a largo plazo que no pueden informar de sus condiciones y podría ayudar a mejorar el diagnóstico inicial de las patologías agudas".
El prototipo tiene una viabilidad prometedora, según aseguran, pero aún no está disponible para el público. Los investigadores están desarrollando características adicionales de la tecnología para incluir la toma de muestras de heces para el análisis de marcadores bioquímicos que proporcionarán datos muy específicos de la enfermedad para satisfacer las necesidades de los pacientes y los gastroenterólogos.