ALICANTE 1 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de la Universidad de Alicante (UA) ha determinado que resulta "inalcanzable" la inmunidad de rebaño mediante el proceso de vacunación, en base a la variante ómicron y teniendo en cuenta la población que no puede o no quiere vacunarse.
Así lo concluye la investigación 'Advertencias sobre el umbral de inmunidad del rebaño Covid-19: el caso de España', publicado en la revista 'Scientific Reports' y firmado por investigadores de los departamentos de Matemática Aplicada y de Ecología y del Instituto Multidisciplinar de Estudio del Medio (IMEM) Ramón Margalef de la UA.
El trabajo señala que ya con cifras calculadas de datos relacionados con la variable delta del covid-19, el umbral de la inmunidad de rebaño se establecería en un 90% de población vacunada. Si se aplican los cálculos a la variable ómicron, más contagiosa, la cifra alcanzaría el 95%, un dato que, teniendo en cuenta la población que no puede o no quiere vacunarse, resultaría "inalcanzable".
En el equipo investigador, liderado por David García, profesor del departamento de Matemática Aplicada de la UA, participan César Bordehore, del departamento de Ecología y del IMEM Ramón Margalef; Eva S. Fonfría, del IMEM Ramón Margalef, e Isabel Vigo, también de Matemática Aplicada, informa la UA en un comunicado.
El estudio abarca un análisis detallado del umbral de inmunidad de rebaño de la variante ancestral del la Covid-19, que era la dominante al principio de la pandemia, desde diferentes enfoques y cuantifica la influencia de tres factores clave como son la fuente y la calidad de los datos, la evolución de la infectividad en el tiempo y la metodología para estimar la R0, que es un valor esencial en estos cálculos porque establece a cuántas personas contagiaría, en promedio, un infectado al principio de la pandemia.
Es decir, cuando no se toman medidas de prevención, no se realiza un uso preventivo de mascarillas ni tampoco la población está advertida de la existencia de una enfermedad contagiosa que hiciese modificar su comportamiento.
Sobre el análisis detallado de la HIT (umbral de inmunidad de rebaño), el estudio permite estimar indirectamente un nuevo valor de 'R0' con las variantes dominantes actuales --la delta (cuando se realizó el estudio) y la ómicron (según estimaciones del equipo investigador posteriores a la publicación del estudio--, lo que produce un aumento significativo del porcentaje.
En la misma línea, la investigación revela que un factor "muy influyente" para la estimación de la HIT es la metodología para estimar R0, que puede producir diferencias de entre 20 y 30 puntos porcentuales para el mismo conjunto de datos a los que se aplica un modelo dinámico de cálculo. Ante esta situación, el estudio toma el valor más alto, la denominada cota superior, para el umbral de la inmunidad de rebaño, con el fin de conseguir la mayor fidelidad en los cálculos de pronóstico.
En el caso analizado, los datos de contagios utilizados por los investigadores de la UA han sido estimados mediante una metodología retrospectiva denominada REMEDID, también publicada por los investigadores de la UA en un artículo científico anterior en la misma 'Scientific Reports'.
Esta es capaz de estimar las infecciones diarias a partir del número de muertos, una cifra que ayuda a analizar y comprender la dinámica de la pandemia y a evaluar a diferentes escalas espaciales y temporales la eficiencia de las medidas adoptadas porque permite el cálculo de series temporales de infecciones diarias a partir de series temporales de muertes diarias.
Sobre los resultados que arroja el estudio, la inmunidad de rebaño estaba al 70%, según se establecía comúnmente por fuentes oficiales desde el principio de la pandemia y cuando se inició la vacunación, pero, con las nuevas variantes, se ha estimado que la inmunidad de rebaño estaría sobre el 95% con la variante ómicron.
"Este porcentaje del 95% es una cifra inalcanzable porque hay personas que no se pueden vacunar y personas que no quieren vacunarse, a lo que hay que hay que añadir que las vacunas no evitan la transmisión del virus, como se ha comprobado estas navidades, en las que la población ya está altamente vacunada y, aún así, ha sido la ola más fuerte, aunque con consecuencias menores gracias a esa protección de las vacunas", expone el investigador.
Así mismo, a su juicio, en este nuevo escenario se requiere un mayor porcentaje de vacunados para alcanzar la inmunidad de rebaño y se ha demostrado la eficacia de las vacunas para reducir drásticamente la mortalidad, por lo que "es más necesario que nunca que toda la población que pueda, se vacune".
ESPAÑA Y BROTES LOCALES
Algunos de los datos de mayor relevancia se extraen cuando los cálculos del estudio de sitúan en las particularidades de la pandemia en España. Los resultados presentados son válidos para una población mezclada aleatoriamente con una dinámica de propagación similar a la de España en su conjunto. Sin embargo, incluso las regiones españolas muestran dinámicas diferentes entre sí, lo que puede dar lugar a valores de HIT específicos para cada región.
Ante esto, "hay que tener en cuenta, además, que ninguna de las tres vacunas administradas en España es capaz de prevenir completamente la transmisión del virus, por lo que, incluso con un 90% de la población vacunada, probablemente no se alcanzará el HIT", comenta el investigador, a lo que añade que "sin embargo, es cierto que el riesgo de infección se reduce significativamente para las personas vacunadas".
Respecto a la distribución de la pandemia por regiones, "si se alcanza la inmunidad de rebaño en la mayoría de los lugares de un país, pero hay algunas regiones específicas o subgrupos de población en una región con un porcentaje de individuos inmunes por debajo del HIT, será posible que se produzcan brotes locales en esas regiones o subgrupos".
Y matiza: "Si la variante ancestral no hubiera sido sustituida, la tasa decreciente de infecciones después de alcanzar un HIT del 70% todavía podía producir un 25,9% de infecciones no despreciable, es decir, 12,2 millones de infecciones en España".
Por todo ello, el investigador concluye que "las autoridades sanitarias deberían garantizar estrictamente una gestión adaptativa y proactiva de la nueva situación una vez alcanzada una teórica inmunidad del rebaño".