MADRID 15 Jun. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación ha descubierto que un ingrediente común de los perfumes puede ayudar a salvar vidas en personas con una pérdida masiva de sangre al contener la coagulopatía, según publican sus autores en la revista 'Science Advances'.
Las probabilidades de sobrevivir a una pérdida masiva de sangre por una lesión traumática, como una herida de bala, son de alrededor del 50 por ciento. Para sobrevivir, el paciente necesita que ocurran rápidamente dos cosas: una gran infusión de sangre y la coagulación en la herida para detener la hemorragia.
El problema es que una de estas soluciones impide la otra, ya que introducir una gran cantidad de sangre a quienes sufren una hemorragia masiva merma la capacidad de coagulación de la sangre, un trastorno conocido como coagulopatía.
Ahora, investigadores de la Universidad de Tulane (Estados Unidos) han descubierto la causa de la coagulopatía en víctimas de traumatismos que reciben una infusión de sangre y que un compuesto sintético llamado dimetilmalonato, utilizado a menudo en la fabricación de perfumes, tiene el potencial de detener la coagulopatía durante una hemorragia masiva.
"La coagulopatía traumática contribuye en gran medida a la mortalidad, pero ningún tratamiento ha demostrado ser plenamente eficaz --afirma el doctor Olan Jackson-Weaver, profesor adjunto de cirugía en la Facultad de Medicina de la Universidad de Tulane y autor correspondiente del estudio--. Obteníamos un 60 por ciento de mortalidad con nuestro modelo animal. Con el malonato de dimetilo, conseguimos un cero por ciento de mortalidad, y la coagulopatía desapareció por completo".
Estudios recientes han demostrado que la coagulopatía durante el tratamiento de una hemorragia masiva se debe probablemente al desprendimiento del glicocálix, una barrera de azúcares que rodea y protege las células. En los vasos sanguíneos, el glicocálix recubre las paredes de los vasos e impide la coagulación de la sangre. Sin embargo, éste es el primer estudio que identifica los procesos celulares que provocan el desprendimiento del glicocálix.
El estudio descubrió que, durante la pérdida de sangre, las células de una persona carecen del oxígeno necesario para metabolizar el succinato, una parte clave del ciclo de generación de energía de la célula. Al no poder metabolizarse, el succinato se acumula.
Cuando se infunde una gran cantidad de sangre a una víctima de traumatismo, el succinato se metaboliza demasiado rápido, lo que provoca un cambio en la estructura de los lípidos de la membrana plasmática. Esto expone el glicocálix, permite que sea masticado por las enzimas y mezcla los jirones en el torrente sanguíneo, donde impide la coagulación.
"En los últimos 20 años se ha intentado encontrar la forma de reducir la tasa de mortalidad por hemorragia masiva, pero nada ha funcionado --explica Jackson-Weaver--. Tenemos la esperanza de que la comprensión de estos acontecimientos a nivel celular pueda ayudar a desarrollar algo que realmente marque una gran diferencia".
En modelos animales, el dimetilmalonato fue eficaz para inhibir el metabolismo celular excesivo, lo que impidió que el glicocálix se desprendiera y causara coagulopatía pero Jackson-Weaver advierte de que es necesario seguir investigando para determinar si el dimetilmalonato es seguro para el ser humano o si puede desarrollarse un fármaco equivalente dirigido al metabolismo celular.
"Hemos establecido la vía que causa la coagulopatía, así que si podemos atacarla terapéuticamente con un fármaco o una inyección prehospitalaria, es de esperar que podamos salvar algunas vidas", destaca Jackson-Weaver.