MADRID, 20 Ene. (EUROPA PRESS) -
Acabar los estudios y conseguir un trabajo conducen a una disminución en la cantidad de actividad física, mientras que ser madre se relaciona con un mayor aumento de peso, según han concluido dos revisiones publicadas dirigidas por investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido).
Muchas personas tienden a aumentar de peso al salir de la adolescencia y pasar a la edad adulta, y es en esta etapa cuando los niveles de obesidad aumentan más rápidamente. Este aumento de peso está relacionado con los cambios en la dieta y la actividad física a lo largo de los acontecimientos vitales de la primera etapa de la vida adulta, incluido el paso de la escuela a la educación superior y el empleo, el inicio de nuevas relaciones y el hecho de tener hijos.
En sus estudios, publicados en la revista 'Obesity Reviews', los investigadores analizaron los cambios en la actividad física, la dieta y el peso corporal a medida que los jóvenes adultos pasan de la educación al empleo y a convertirse en padres. Para ello, llevaron a cabo revisiones sistemáticas y meta-análisis de la literatura científica existente, lo que permite comparar y consolidar los resultados de una serie de estudios que pueden ser contradictorios para llegar a conclusiones más sólidas.
En la primera de las dos investigaciones, el equipo encontró que el abandono de la escuela secundaria se asoció con una disminución de siete minutos por día de actividad física moderada a vigorosa. La bajada fue mayor para los hombres que para las mujeres (16,4 minutos diarios para los hombres en comparación con 6,7 minutos en mujeres). Un análisis más detallado reveló que el cambio es mayor cuando las personas van a la universidad, con niveles generales de actividad física de moderada a vigorosa que disminuyen en 11,4 minutos por día.
"Los niños tienen un entorno relativamente protegido, y se fomenta la alimentación sana y el ejercicio en las escuelas, pero esta evidencia sugiere que las presiones de la universidad, el empleo y el cuidado de los niños impulsan cambios de comportamiento que probablemente sean malos para la salud a largo plazo", explica una de las responsables del trabajo, Eleanor Winpenny.
En el segundo estudio, realizaron un meta-análisis de seis trabajos que evidenció que la diferencia en el cambio en el índice de masa corporal (IMC) entre permanecer sin hijos y convertirse en padre fue de 17 por ciento: una mujer de estatura promedio (1,64 m) que no tenía hijos aumentó alrededor de 7,5kg durante cinco o seis años, mientras que una madre de la misma estatura aumentaría 1,3kg adicionales. Esto equivale a un aumento del IMC de 2,8 frente a 3,3.
"El IMC aumenta en las mujeres en las primeras etapas de la edad adulta, particularmente entre las que se convierten en madres. Sin embargo, los nuevos padres también podrían estar particularmente dispuestos a cambiar su comportamiento, ya que también podría influir positivamente en sus hijos, en lugar de mejorar únicamente su propia salud", argumenta otra de las autoras, Kirsten Corder.