MADRID, 1 Jun. (EUROPA PRESS) -
La lucha contra la gripe durante el embarazo enferma a una mujer gestante, pero también puede poner al feto en un ligero aumento del riesgo de trastornos del neurodesarrollo como el autismo más adelante en la vida. Un nuevo estudio en ratones hembra embarazadas, publicado este miércoles en 'The Journal of Neuroscience', ofrece un posible mecanismo que explica por qué: la inflamación altera los neurotransmisores y perjudica el crecimiento de las células nerviosas en el cerebro del feto en desarrollo.
Las infecciones prenatales se asocian con un riesgo leve de trastornos como el autismo y la esquizofrenia en los niños y la evidencia sugiere que la respuesta inflamatoria de la madre puede ser una causa. Los estudios en ratas indican que altos niveles de moléculas inflamatorias en el suministro de sangre materna están relacionados con anomalías en el comportamiento durante toda la vida de la descendencia, pero cómo afecta la inflamación al desarrollo cerebro sigue siendo un misterio.
El cerebro del feto requiere del neurotransmisor serotonina para desarrollar circuitos neuronales sanos y la placenta le suministra serotonina mediante la conversión del aminoácido triptófano que circula en la sangre de la madre en el neurotransmisor. Investigadores de la Universidad del Sur de California, en Estados Unidos, querían saber cómo la inflamación materna afecta a esta conversión y si esto influye en el cerebro del feto en desarrollo.
Para responder a estas preguntas, inyectaron a ratones hembra embarazadas un compuesto estimulante inmunológico o un placebo durante 12 días de embarazo. El compuesto produce una respuesta inflamatoria leve en ratones, así como déficits cerebrales y de comportamiento en su descendencia. Después de 24 o 48 horas, el equipo analizó la sangre de la madre, la placenta y el cerebro fetal.
PUEDE PERJUDICAR EL CRECIMIENTO DE CÉLULAS NERVIOSAS
Además de tener más moléculas inflamatorias en sus flujos de sangre, los ratones tratados poseían más del doble de la cantidad de triptófano en sus placentas 24 horas después de la inyección. Pasadas 48 horas, los niveles de triptófano habían vuelto a la normalidad, pero la enzima de conversión de triptófano a serotonina, la triptófano hidroxilasa, estaba más activa en los ratones tratados. Un experimento separado demostró que la placenta tratada produjo cuatro veces más serotonina.
Por último, aunque los investigadores encontraron que las crías de ratones tratados tenían niveles más altos de serotonina en el cerebro, también presentaban un menor número de células nerviosas que contienen serotonina. Los resultados sugieren que la inflamación materna aumenta la cantidad de serotonina en la placenta y el cerebro del feto, perjudicando el crecimiento de las células nerviosas de serotonina, dicen los investigadores.
Los resultados "representan un cambio de paradigma en cuanto al efecto de la inflamación en el desarrollo del cerebro fetal", apunta Irina Burd, profesora asociada de Obstetricia y Ginecología de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, Maryland Estados Unidos, que estudia el desarrollo del cerebro fetal y no participó en el estudio. "Puede ser posible que haya varias maneras de que la inflamación materna afecte en el cerebro del feto y uno de los mecanismos sea a través de niveles anormales de neurotransmisores", añade.
La disfunción de las células productoras de serotonina está implicada en los trastornos del estado de ánimo como la depresión y la ansiedad, y la inflamación prenatal eleva el riesgo de trastornos del estado de ánimo en la descendencia. Sin embargo, los investigadores advierten que para entender si los primeros trastornos en el desarrollo del cerebro causados por la inflamación materna contribuyen a problemas del estado de ánimo posteriores se necesita un estudio adicional.