MADRID, 2 Dic. (EUROPA PRESS) -
Una infección de más de 30 días de un enterovirus aumenta en los niños el riesgo de diabetes tipo 1, según han observado un equipo de investigadores de la Universidad del Sur de Florida (USF Health), la Facultad de Medicina Baylor y otras instituciones estadounidenses en el estudio 'TEDDY', publicado en la revista 'Nature Medicine'.
Desde hace tiempo se sospecha que los virus están involucrados en el desarrollo de la diabetes tipo 1, aunque la evidencia científica hasta ahora disponible no había sido lo suficientemente consistente como para probar una conexión.
"Años de investigación han demostrado que la diabetes tipo 1 es compleja y heterogénea, lo que significa que más de una vía puede conducir a su aparición", han dicho los expertos, quien han recordado que esta enfermedad generalmente se diagnostica en niños, adolescentes y adultos jóvenes, pero que la autoinmunidad que la precede a menudo comienza muy temprano en la vida.
En el estudio actual, los investigadores estudiaron el viroma, es decir, todos los virus en el cuerpo. En concreto, analizaron miles de muestras de heces recolectadas de cientos de niños seguidos desde el nacimiento con el fin de identificar una conexión entre los virus y el desarrollo de autoinmunidad contra las células beta productoras de insulina.
De esta forma, los científicos descubrieron una infección prolongada de más de 30 días, en lugar de una infección corta, se asociaba con la autoinmunidad. "Esto es importante porque los enterovirus son un tipo muy común de virus, que a veces causan fiebre, dolor de garganta, sarpullido o náuseas. Muchos niños los contraen, pero no todas las personas que contraen el virus contraerán diabetes tipo 1, sino que sólo aquellos en los que la infección dure más de un mes desarrollarán autoinmunidad de células beta", han explicado los investigadores.
Las células beta del páncreas expresan una proteína de la superficie celular que les ayuda a comunicarse con las células vecinas. Esta proteína ha sido adoptada por el virus como una molécula receptora para permitir unirse a la superficie celular.
En este sentido, los investigadores descubrieron que los niños que portan una variante genética particular en este receptor de virus tienen un mayor riesgo de desarrollar autoinmunidad de células beta. Además, comprobaron que la presencia en la vida temprana de adenovirus C, un virus que puede causar infecciones respiratorias, se asocia a un menor riesgo de desarrollar autoinmunidad.