MADRID, 9 Abr. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Ciencias de la Salud de Utah, en Estados Unidos, han descubierto que la incidencia del trastorno del déficit de atención e hiperactividad, el TDAH, disminuye sustancialmente a medida que aumenta la altitud.
El trabajo, publicado en la revista 'Journal of Attention Disorders', se une a otros trabajos previos que también habían demostrado los efectos para la salud de vivir en zonas con una altitud elevada, vinculado por ejemplo a mayores tasas de depresión y suicidio.
Sin embargo, apuntan los autores, no todo son malas noticias, ya que un análisis de dos encuestas nacionales de salud reveló que los estados con una altitud media de 6.100 pies (unos 1.800 metros) tenían la mitad de casos que aquellas regiones situadas al nivel del mar.
Uno de los trabajos, de 2007, analizó un total de 91.642 hogares en los que se encontraron un total de 73.123 niños de 4 a 17 años diagnosticados con TDAH leve, moderado o grave. Y el otro trabajo, de 2010, contó con un total de 40.242 niños.
DESCENSO DEL RIESGO PROGRESIVO
Los investigadores correlacionaron el número de casos de TDAH diagnosticado con la altitud media de 48 estados y el distrito de Columbia y vieron que por cada pie (30,48 centímetros) que aumentaba la altitud media, la probabilidad de ser diagnosticado se reducía un 0,001 por ciento.
De este modo, los datos mostraron que en Carolina del Norte, cuya altitud media es de 869 metros sobre el nivel del mar, tuvo el mayor porcentaje de niños diagnosticados con TDAH (un 15,6 por ciento del total), seguida de cerca por los estados de Delaware, Luisiana y Alabama, que tiene una altitud media de menos de 300 metros.
En cambio, en Nevada, que tiene una altitud media de 5.517 metros sobre el nivel del mar, encontraron el porcentaje más bajo, con apenas un 5,6 por ciento, seguido de Utah, con un 6,7 por ciento.
Prueba de ello, en la capital de este segundo estado, Salt Lake City, que está a unos 4.300 metros de altura, la prevalencia de casos era un 38 por ciento menor en comparación con las ciudades situadas en la costa. El estudio también tuvo en cuenta otros factores como el peso al nacer, la etnia y el sexo, ya que los hombres son más propensos a tener TDAH.
EN ZONAS ALTAS, AUMENTA LA PRODUCCIÓN DE DOPAMINA
La posible explicación de esta diferencia puede estar en la producción de dopamina en niveles más elevados como respuesta a la hipoxia hipobárica, que se produce cuando las personas respiran aire con menos oxígeno.
La disminución de los niveles de dopamina se asocian con el TDAH por lo que, cuando los niveles de esta hormona aumenta, el riesgo de sufrir este trastorno se reduce. No obstante, los autores creen que estas diferencias podrían estar condicionadas por desigualdades regionales en el diagnóstico.
"Frente a otros estudios que muestran que hay trastornos del estado de ánimo en los que la hipoxia hipobárica asociada a la altitud pueden servir como una especie de factor de estrés ambiental, estos resultados muestran como, en el caso del TDAH, la altitud puede ser un factor protector", ha defendido Douglas G. Kondo, autor del trabajo.