BARCELONA/MADRID, 8 Oct. (EUROPA PRESS) -
La incidencia de la esclerosis múltiple, enfermedad neurológica que afecta al sistema nervioso central, se han duplicado en España en los últimos 14 años, al pasar de 50 a 100 casos por cada 100.000 habitantes, entre 45.000 y 50.000 afectados, según los datos presentados en el 31 Congreso del European Committe for Treatment and Research in Multiple Sclerosis (Ectrims) que se celebra estos días en Barcelona.
En dicho encuentro, según informó este miércoles en rueda de prensa el presidente de esta institución, Xavier Montalban, se presentarán varios estudios que analizan este incremento global y que apuntan a varias posibles causas, aunque hay muchos factores que aún se desconocen.
Algunas de ellas son el aumento del tabaquismo --sobre todo en mujeres--; los bajos niveles de vitamina D por carencia de exposición al sol por pasar muchas horas trabajando en interiores; la dieta abundante en sal, y las bacterias del intestino que pueden influir ene el desarrollo de enfermedades inmunológicas.
La enfermedad afecta a 500.000 personas en Europa y dos millones de personas en todo el mundo, y se diagnostica con mayor frecuencia en personas jóvenes de 20 a 40 años de edad, principalmente en mujeres.
La presentación del primer fármaco "eficaz" contra una forma de la enfermedad que afecta al 15 por ciento de los pacientes centrará gran parte del congreso, que reúne a unos 9.000 especialistas en su abordaje.
El fármaco, llamado ocrelizumab, es el primero que es eficaz ya que "modifica positivamente la forma progresiva primaria" de la enfermedad, una tipología sobre la cual los médicos no tenían ningún tipo de esperanza hasta ahora, según ha explicado Montalbán.
Se trata de una anticuerpo monoclonal que ataca y destruye un tipo de célula linfocito B que participa en el mecanismo de la enfermedad porque lesiona la mielina -proteína de las fibras nerviosas--, de manera que "mejora la enfermedad de forma clara: tanto los brotes, como la forma primariamente progresiva".
Según Montalban, el medicamento frena la enfermedad en la población afectada porque, si bien no actúa sobre una parte de los pacientes con EM, sí retarda su progresión "de forma ostensible" en otros enfermos, e incluso mejora la discapacidad en otro grupo.