MADRID, 21 Sep. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Bristol (Reino Unido) han encontrado una manera de explotar la hipoxia, una afección que se produce durante el desarrollo de muchos cánceres comunes e impulsa su progresión y diseminación, para luchar contra los tumores sin dañar el tejido sano.
La hipoxia surge porque los tumores a menudo crecen más rápido que su suministro de sangre, causando la privación de oxígeno, lo que obliga a las células cancerosas a adaptarse, provocando que su comportamiento sea más agresivo y, a su vez, se disemine por todo el cuerpo. En un artículo publicado en la revista 'Embo Molecular Medicine', el equipo buscó comprender cómo las células cancerosas se adaptan a las condiciones hipóxicas, con la esperanza de encontrar nuevas formas de detener el crecimiento y la diseminación del cáncer.
Utilizando células cancerosas humanas cultivadas en platos y una técnica llamada proteómica, el equipo examinó todas las proteínas que son 'conectadas' por las células cancerosas en la hipoxia. Estos experimentos permitieron al equipo identificar un nuevo mecanismo de señalización que, en el futuro, podría ser terapéuticamente dirigido a matar células cancerosas sin dañar las células normales circundantes.
El doctor Alexander Greenhough, director del estudio, ha descubierto que el uso de técnicas genéticas para evitar que las células cancerígenas enciendan un receptor específico (GPRC5A) cuando los niveles de oxígeno son bajos desencadena la muerte celular cancerosa.
"La hipoxia se considera un objetivo excelente para la terapia contra el cáncer porque generalmente presenta tejido tumoroso en lugar de sano. Sin embargo, encontrar formas de aprovechar esta diferencia en la clínica es un desafío importante. Este trabajo avanza en nuestro conocimiento del cáncer hipóxico y nos lleva un paso más hacia el desarrollo de nuevas terapias que podrían lograr este objetivo", apunta Greenhough.
El investigador continúa explicando que este tipo de receptor se considera como "uno de los mejores objetivos farmacológicos para muchas enfermedades". "Nos gustaría saber si este receptor sirve como un biomarcador para cánceres más agresivos que son resistentes a la terapia, y si tiene funciones en otras enfermedades en las que está implicada la hipoxia o la inflamación, lo que podría conducir a avances tanto en medicina regenerativa como oncológica", concluye.