MADRID, 31 Jul. (EUROPA PRESS) -
La suma de factores ambientales, como el aumento de la temperatura y las horas de luz, y conductuales, con cambios en los horarios y en la dieta particularmente, alteran el ritmo circadiano, que se consigue mediante la repetición de horarios durante el resto del año se trastoca en esta estación, ha explicado el especialista del Servicio de Neurofisiología del Hospital HM La Esperanza y experto en sueño, Pablo González.
No obstante, para comprender mejor la relación entre los trastornos del sueño y el verano se debe ahondar en el concepto de ritmo circadiano, el cual se define como los cambios físicos, mentales y conductuales en el ser humano que siguen un ciclo de 24 horas.
"A grandes rasgos, las hormonas, la temperatura corporal y el ciclo vigilia-sueño dependen del ritmo circadiano", ha apuntado el neurofisiólogo.
De forma concreta, la temperatura corporal presenta una variación diurna con temperaturas máximas en horas vespertinas, de 4 a 8 de la tarde, y mínimas en torno a las 2 a 4 de la madrugada. "La temperatura ambiente excesivamente alta o baja puede afectar a la temperatura corporal central y, en consecuencia, al sueño incluso en personas sanas sin insomnio", ha señalado González.
"Otra pieza clave en este puzle es la melatonina, hormona endógena que regula el ciclo de vigilia-sueño. Está implicada en la regulación de la temperatura, en la regulación del desarrollo sexual y en la del ciclo reproductor, entre otras funciones", ha apuntado el especialista deHM La Esperanza.
Desde el Servicio de Neurofisiología de este hospital han explicado que la melatonina aumenta su secreción durante la noche, con la ausencia de luz y la disminución de la temperatura corporal central, permitiendo la inducción del sueño. Ambos factores se ven alterados en verano, lo que causa menor secreción de melatonina.
Al margen de estas medidas, es necesario recordar que en muchas zonas de la península, sur y Levante especialmente, la temperatura media nocturna ronda los 25 grados, por no hablar de la mayor frecuencia de las olas de calor.
"Para las personas del noroeste que viajen a esas latitudes, es esperable tener dificultades en la consolidación y mantenimiento del sueño, por lo que deben seguir una serie de recomendaciones y extremar las precauciones si viajan con lactantes o ancianos", ha resaltado el neurofisiólogo.
RECOMENDACIONES PARA EVITAR EL INSOMNIO
Para reducir el riesgo de padecer insomnio, Pablo González, ha apuntado algunos consejos, como que la habitación donde se duerme, se mantenga fresco, con la apertura de ventanas en las primeras horas del día y uso de ventilador durante la noche. Además de propiciar que sea un ambiente silencioso y en ausencia de luz.
El experto recomienda el uso de prendas ligeras y ropa de cama adecuada de materiales transpirables, como el algodón o el lino, que faciliten la ventilación y la evaporación del sudor. También, pijamas o camisetas de tirantes y pantalones cortos para dormir, evitando telas sintéticas que retengan el calor.
Las cenas ligeras y pobres en grasas saturadas son aconsejables, así como evitar la cafeína y la nicotina en las horas cercanas a acostarse. Del mismo modo, llevar una hidratación adecuada con agua a lo largo del día.
También se deben evitar actividades estimulantes antes de dormir como el uso de dispositivos electrónicos (teléfonos móviles o tabletas), al menos una hora antes de ir a dormir, ya que la luz azul que emiten puede interferir con la calidad del sueño.
Esto es aplicable también al deporte. De forma general, el ejercicio aeróbico prolongado aumenta nuestra temperatura corporal central y retrasa la inducción del sueño, por lo que debemos programarlo a unas 4 horas antes de acostarnos.
Por último, el experto aconseja ontentar, en la medida de lo posible, llevar una rutina que permita adquirir pautas de sueño, con horarios adecuados.