MADRID, 29 Oct. (EUROPA PRESS) -  
   Investigadores del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt y la Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos) han evaluado las relaciones entre la calidad del sonido, el reconocimiento de voz y los resultados de calidad de vida de los usuarios de implantes cocleares.
   Más de un millón de personas en todo el mundo dependen de implantes cocleares (IC) para oír. La eficacia de los IC generalmente se evalúa mediante pruebas de reconocimiento de voz y, a pesar de su amplia difusión, la calidad del sonido de los IC no suele considerarse un indicador de la calidad de vida de los usuarios.
   En este nuevo estudio de 'JASA Express Letters', publicado en nombre de la Acoustical Society of America por AIP Publishing analizaron como la calidad de vida relacionada con la audición abarca el impacto de las capacidades auditivas, la comunicación, la participación social, el bienestar emocional y las actividades diarias. "Para alguien con audición normal, imagine intentar mantener una conversación mientras escucha una radio vieja, pero no está en la frecuencia del canal correcto y la recepción es deficiente", describe su autora Katelyn Berg, investigadora de la Universidad de Vanderbilt.
   Según el trabajo, en el mundo con un IC de baja calidad la voz del hablante puede parecer robótica o metálica, y la música carece de riqueza. Esto puede deberse a diversas limitaciones tecnológicas en los IC, como las interacciones de los canales entre los electrodos u otros problemas de fidelidad acústica.
   Los investigadores descubrieron que la calidad del sonido de los IC genera una variación del 32% en la calidad de vida de los usuarios; en cambio, el reconocimiento de voz prácticamente no tiene capacidad predictiva sobre la calidad de vida. En su estudio, el reconocimiento de voz solo se correlacionó con la calidad del sonido en condiciones ruidosas, lo que sugiere que es especialmente relevante en situaciones con ruido de fondo y diferentes fuentes de sonido; es decir, en el mundo real.
   "Esto desafía décadas de práctica clínica centrada principalmente en el uso de la comprensión del habla en silencio como la métrica principal para el éxito del implante coclear", apunta Berg.
   Cuarenta y un usuarios de implantes cocleares, con edades comprendidas entre los 18 y los 80 años, participaron en el estudio. Completaron una serie de pruebas computarizadas de reconocimiento de voz y respondieron a dos cuestionarios: el Cuestionario de Habla, Espacio y Cualidades (SSQ) y el Cuestionario de Calidad de Vida del Implante Coclear (CIQOL), ambos instrumentos de evaluación validados en el campo de la audiología. Parte del SSQ evalúa la calidad del sonido percibido, la capacidad para segregar sonidos y el esfuerzo auditivo. El CIQOL mide la calidad de vida en seis dominios: comunicación, emociones, entretenimiento, entorno, esfuerzo auditivo y funcionamiento social.
   El grupo planea estudiar las diferencias en la calidad de distintos tipos de sonido, en particular el habla y la música, y optimizar la programación del dispositivo según la ubicación del conjunto de electrodos. Destacan las implicaciones de este trabajo para ir más allá de los entornos de prueba de IC silenciosos.
   "Si bien las pruebas de reconocimiento de voz siguen siendo importantes, la incorporación de medidas de calidad del sonido podría brindar un panorama más completo de los resultados de los implantes cocleares y orientar intervenciones más específicas para las situaciones de escucha desafiantes que los pacientes realmente necesitan abordar en su vida diaria", finaliza Berg.