MADRID, 16 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio con más de 300.000 estadounidenses revela que la prevalencia de obesidad podría aumentar del 40% al 70% al considerar medidas de grasa corporal además del IMC. Incluso personas con peso normal podrían estar en riesgo de diabetes y problemas cardíaco.
POR QUÉ EL IMC YA NO BASTA
La prevalencia de la obesidad en Estados Unidos podría aumentar drásticamente bajo una nueva definición de obesidad publicada a principios de este año por la Comisión de Diabetes y Endocrinología de 'The Lancet', según afirman investigadores del Hospital General Brigham de Massachusetts (Estados Unidos). Sus resultados se publican en 'JAMA Network Open'.
En concreto, estos descubrieron que, al aplicar los nuevos criterios, que amplían el uso tradicional del índice de masa corporal (IMC) para incluir medidas de la distribución de la grasa corporal, la prevalencia de la obesidad aumentó de aproximadamente el 40% a aproximadamente el 70% entre más de 300.000 personas incluidas en su estudio. El aumento fue aún más pronunciado entre los adultos mayores. Además, los investigadores descubrieron que esos nuevos individuos también tenían un mayor riesgo de sufrir consecuencias adversas para la salud.
"Ya pensábamos que teníamos una epidemia de obesidad, pero esto es asombroso", exclama la doctora Lindsay Fourman, coautora principal y endocrinóloga de la Unidad de Metabolismo de la División de Endocrinología del Departamento de Medicina del Hospital General Brigham de Massachusetts. "Con un 70% de la población adulta con sobrepeso, necesitamos comprender mejor qué enfoques de tratamiento priorizar".
OBESIDAD “SOLO ANTROPOMÉTRICA” Y “IMC MÁS ANTROPOMÉTRICO”
Tradicionalmente, la obesidad se ha definido por el IMC, que estima la grasa corporal basándose en el peso y la altura de una persona. Sin embargo, otras medidas antropomórficas, como la circunferencia de la cintura, la relación cintura-altura o la relación cintura-cadera, pueden explicar mejor la distribución de la grasa y ayudar a diferenciar entre masa muscular y grasa.
Según el nuevo marco, se clasifica como obesa a una persona si presenta un IMC alto y al menos una medida antropométrica elevada (una condición que los autores denominan "obesidad con IMC más antropométrica"), o si presenta un IMC normal y al menos dos medidas antropométricas elevadas (una condición denominada "obesidad solo antropométrica"). La nueva definición también distingue entre obesidad preclínica y obesidad clínica, definiéndose la obesidad clínica como la presencia de deterioro físico o disfunción orgánica relacionada con la obesidad. Al menos 76 organizaciones han respaldado las nuevas directrices, entre ellas la Asociación Americana del Corazón y la Sociedad de la Obesidad.
El estudio analizó a los participantes de la cohorte del Programa de Investigación All of Us de los Institutos Nacionales de Salud, compuesta por más de 300.000 estadounidenses. La prevalencia de obesidad fue del 68,6% con la nueva definición, frente al 42,9% con la definición tradicional basada en el IMC. Este aumento se debió en su totalidad a la inclusión de personas con obesidad únicamente antropométrica. Las tasas de obesidad variaron según el sexo, la raza y, especialmente, la edad, afectando a casi el 80% de los adultos mayores de 70 años.
MAYOR RIESGO DE ENFERMEDADES
Cabe destacar que el estudio reveló que quienes presentaban obesidad únicamente antropométrica (que no se habrían clasificado como obesos según la definición tradicional) presentaban un mayor riesgo de diabetes, enfermedades cardiovasculares y mortalidad que quienes no presentaban obesidad. Aproximadamente la mitad de las personas que cumplían los nuevos criterios de obesidad presentaban obesidad clínica, y esta proporción fue solo ligeramente menor en el grupo con obesidad únicamente antropométrica en comparación con el grupo con obesidad que incluía IMC y antropométrica.
"Siempre hemos reconocido las limitaciones del IMC como marcador único de obesidad, ya que no considera la distribución de la grasa corporal", puntualiza el autor principal, el doctor Steven Grinspoon, jefe de la Unidad de Metabolismo de la División de Endocrinología del Departamento de Medicina del Hospital General Brigham de Massachusetts.
"Observar un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes en este nuevo grupo de personas con obesidad, que antes no se consideraban obesas, plantea preguntas interesantes sobre los medicamentos para la obesidad y otras terapias".
IMPLICACIONES MÉDICAS Y PRÓXIMOS PASOS
Los investigadores enfatizan que se necesitan más estudios para comprender mejor las causas y los tratamientos óptimos para la obesidad exclusivamente antropométrica. El equipo de investigación desarrolló previamente una terapia que reduce la circunferencia de la cintura y planea explorar la utilidad de diferentes estrategias de tratamiento en esta población recientemente definida.
"Identificar el exceso de grasa corporal es fundamental, ya que estamos descubriendo que incluso las personas con un IMC normal, pero con acumulación de grasa abdominal, tienen un mayor riesgo de salud", finaliza Fourman. "La composición corporal importa; no se trata solo de los kilos en la báscula".