MADRID, 10 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo trabajo de investigadores de la percepción de la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos) aborda una necesidad de larga data de contar con estímulos uniformes para estudiar rigurosamente cómo las personas procesan mentalmente la información visual.
Así, según el mismo, nuevas imágenes generadas por inteligencia artificial que parecen una cosa, pero son algo completamente distinto cuando se giran, están ayudando a los científicos a probar la mente humana. Los hallazgos se publican en 'Current Biology'.
QUÉ SON LOS ANAGRAMAS VISUALES
"Estas imágenes son realmente importantes porque podemos usarlas para estudiar todo tipo de efectos que los científicos anteriormente creían que eran casi imposibles de estudiar de forma aislada: todo, desde el tamaño hasta la animicidad y la emoción", subraya el primer autor Tal Boger, un estudiante de doctorado que estudia la percepción visual. "Sin mencionar lo divertido que es mirarlos", agrega el autor principal Chaz Firestone, quien dirige el Laboratorio de Percepción y Mente de la citada universidad.
El equipo adaptó una nueva herramienta de IA para crear "anagramas visuales". Un anagrama es una palabra que se escribe de forma diferente al reorganizar sus letras.
Los anagramas visuales son imágenes que se parecen a otra cosa al rotarlas. Los anagramas visuales que creó el equipo incluyen una imagen que representa a la vez un oso y una mariposa, otra que representa un elefante y un conejo, y una tercera que representa a la vez un pato y un caballo.
"Este es un nuevo e importante tipo de imagen para nuestro campo", asegura Firestone. "Si algo parece una mariposa en una orientación y un oso en otra, pero está compuesto por los mismos píxeles en ambos casos, podemos estudiar cómo las personas perciben aspectos de las imágenes de una manera que antes no había sido posible".
El equipo realizó experimentos iniciales para explorar cómo las personas perciben el tamaño real de los objetos. El tamaño real ha sido un enigma para los científicos de la percepción desde hace mucho tiempo, ya que nunca se puede tener la certeza de si los sujetos reaccionan al tamaño de un objeto o a alguna propiedad visual más sutil, como su forma, color o borrosidad.
"Supongamos que queremos saber cómo responde el cerebro al tamaño de un objeto. Investigaciones anteriores demuestran que las cosas grandes se procesan en una región cerebral distinta a la de las cosas pequeñas. Pero si mostramos a las personas dos objetos que difieren en tamaño -por ejemplo, una mariposa y un oso-, esos objetos también diferirán en muchos otros aspectos: su forma, su textura, su brillo o colorido, etc. -explica Firestone-. Esto dificulta saber qué impulsa realmente la respuesta del cerebro. Es decir, si las personas reaccionan al hecho de que los osos son grandes y las mariposas pequeñas, o a que los osos son más redondos o peludos, por ejemplo. El campo ha tenido grandes dificultades para abordar este problema".
Con los anagramas visuales, el equipo encontró evidencia de muchos efectos de tamaño clásicos del mundo real, incluso cuando los objetos grandes y pequeños utilizados en sus estudios eran simplemente versiones rotadas de la misma imagen.
Por ejemplo, estudios previos han demostrado que las personas encuentran las imágenes más estéticamente agradables cuando se representan de forma que se ajusten a su tamaño real; por ejemplo, prefieren fotos de osos más grandes que de mariposas. Boger y Firestone descubrieron que esto también era cierto para los anagramas visuales: cuando los sujetos ajustaron la imagen del oso a su tamaño ideal, la hicieron más grande que cuando ajustaron la imagen de la mariposa a su tamaño ideal, a pesar de que la mariposa y el oso son la misma imagen en diferentes orientaciones.
El equipo espera utilizar anagramas visuales para estudiar cómo responden las personas a objetos animados e inanimados y espera que la técnica tenga muchos usos posibles para futuros experimentos en psicología y neurociencia.
"Usamos anagramas para estudiar el tamaño, pero se pueden usar para casi cualquier cosa", insiste Firestone. "Los objetos animados e inanimados también se procesan en diferentes áreas del cerebro, por lo que se podrían crear anagramas que parezcan un camión en una orientación, pero un perro en otra. El enfoque es bastante general, y prevemos que los investigadores lo utilizarán para diversos fines".