MADRID, 3 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un estudio del Instituto Nacional del Ojo (NEI, por su siglas en inglés), en Estados Unidos, ha identificado variantes genéticas raras que podrían apuntar a uno de los mecanismos generales que conducen a la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), una causa común de pérdida de visión en adultos mayores.
Las variantes generan proteínas malformadas que alteran la estabilidad del complejo de ataque de membrana (MAC), lo que podría impulsar una respuesta inflamatoria crónica en la retina. Los hallazgos, publicados en la revista 'iScience', apuntan al MAC como posible diana terapéutica para frenar o prevenir el desarrollo de la DMAE.
Se conocen muchas variantes genéticas que aumentan o disminuyen el riesgo de que un individuo padezca DMAE; sin embargo, la contribución de cada uno de estos cambios genéticos a la DMAE es pequeña.
Para descubrir variantes genéticas --y proteínas-- con una relación directa con la enfermedad, el doctor Anand Swaroop, jefe del Laboratorio de Neurobiología, Neurodegeneración y Reparación del NEI y autor principal del estudio, emprendió una colaboración con el doctor Michael Klein, destacado clínico de la DMAE en la Universidad de Ciencias de la Salud de Oregón (OHSU), en Portland.
Klein ha recopilado información clínica de cientos de pacientes, así como de familias con un elevado número de individuos con DMAE. Swaroop, Klein y sus colegas buscaron familias portadoras de variantes muy raras causantes de DMAE, en las que el efecto de la variante genética es muy fuerte y en las que la variante afecta directamente a la estructura y función de las proteínas. Este tipo de variantes raras puede revelar la raíz de la enfermedad.
"Aunque conocemos muchas variantes genéticas que afectan al riesgo de DMAE, solo unas pocas han apuntado directamente a alteraciones de las proteínas que pueden causar DMAE", afirma Swaroop. "Al examinar grandes familias con variantes ultra raras que siguen de cerca la enfermedad a través de las generaciones, encontramos dos proteínas que pueden ser directamente la fuerza motriz de la patología de la DMAE en los pacientes afectados. Estas proteínas podrían ser dianas para futuros fármacos", ha apuntado el investigador. Aunque actualmente existen algunos tratamientos para ralentizar la pérdida de visión en personas con la forma húmeda de la DMAE, no hay tratamiento para la mayoría de los pacientes ni cura para la enfermedad.
Swaroop, Klein y sus colegas descubrieron que, en cuatro familias, los individuos con DMAE presentan mutaciones en una de las dos proteínas que forman uno de los extremos del MAC: C8-alfa y C8-beta. El equipo descubrió que las variantes de las cuatro familias con DMAE afectaban a la capacidad de las proteínas C8 de adherirse entre sí, lo que podría alterar el comportamiento del MAC en la retina del ojo.
El MAC forma un poro circular, cerrado en un extremo por las proteínas C8; el poro MAC permite el flujo de iones a través de la membrana externa de las células. Este poro es el último paso de la "cascada del complemento", una parte del sistema inmunitario que ayuda al organismo a defenderse de los agentes patógenos. Aunque en un principio los científicos pensaban que la única función del MAC era introducirse en las membranas celulares bacterianas y matar al patógeno, pruebas más recientes demuestran que el MAC desempeña un complejo papel en la regulación de los procesos inflamatorios en tejidos como la retina.
Los datos genéticos de los Estudios sobre Enfermedades Oculares Relacionadas con la Edad del NEI han sugerido que las proteínas C8, así como otras proteínas de niveles superiores de la cascada del complemento, desempeñan un papel en la DMAE. Dado que el MAC es el último paso de la cascada del complemento, las variantes que afectan a cualquiera de las proteínas del complemento pueden alterar la función del MAC. Los investigadores creen que una cantidad excesiva o insuficiente de MAC estable en la retina puede provocar una inflamación destructiva, que a su vez impulsa la progresión de la DMAE.
"Dado que el MAC es el final de la vía del complemento del sistema inmunitario y que existe una relación tan estrecha entre estas variantes raras y la enfermedad, creemos que atacarlo puede ser una estrategia más eficaz para controlar la DMAE", afirma Swaroop. "Con un fármaco de molécula pequeña, podríamos controlar la intensidad con que la MAC impulsa la inflamación y, a partir de ahí, ralentizar la progresión de la DMAE", ha añadido.