MADRID, 21 Feb. (EUROPA PRESS) -
La dermatitis atópica, una afección cutánea inflamatoria común también conocida como eccema alérgico, afecta a casi el 20 por ciento de los niños, el 30 por ciento de los cuales también tiene alergias a los alimentos. Científicos han descubierto ahora que los niños con dermatitis atópica y alergia a los alimentos tienen diferencias estructurales y moleculares en las capas superiores de la piel de apariencia saludable cerca de las lesiones de eccema, mientras que los niños con dermatitis atópica solo no presentaban estas características.
La definición de estas diferencias puede ayudar a identificar a los niños con alto riesgo de desarrollar alergias a los alimentos, según una investigación publicada este miércoles en la edición digital de 'Science Translational Medicine'. El trabajo fue financiado por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, por sus siglas en inglés), que forma parte de los Institutos Nacionales de la Salud estadounidenses.
"Los niños y las familias afectadas por alergias alimentarias deben protegerse constantemente contra una exposición accidental a alimentos que podrían causar reacciones alérgicas que ponen en peligro la vida", afirma el director del NIAID Anthony S. Fauci. "El eccema es un factor de riesgo para desarrollar alergias alimentarias y por lo tanto una intervención temprano en la vida para proteger la piel puede ser una clave para prevenir la alergia a los alimentos", añade.
Los niños con dermatitis atópica desarrollan partes de piel seca, con picazón y escamosa causada por una inflamación alérgica. Los síntomas de la dermatitis atópica varían desde picores leves hasta molestias extremas que pueden interrumpir el sueño de un niño y provocar infecciones recurrentes en la piel rasguñada o rota.
El estudio, dirigido por Donald Y.M. Leung, de 'National Jewish Health', en Denver, Estados Unidos, examinó las capas superiores de la piel, conocida como el estrato córneo, en áreas con lesiones de eccema y en la piel adyacente de aspecto normal. El estudio reclutó a 62 niños de 4 a 17 años de edad que tenían dermatitis atópica y alergia al cacahuete, dermatitis atópica y ninguna evidencia de alergia alimentaria, o ninguna afección.
Los investigadores recogieron muestras de piel aplicando y retirando pequeñas franjas de cinta estériles en la misma área de la piel. Con cada extracción, se recogió una subcapa microscópica de la primera capa de tejido de la piel y se conservó para su análisis. Esta técnica permitió a los científicos determinar la composición de células, proteínas y grasas de la piel, así como sus comunidades microbianas, la expresión de genes en las células de la piel y la pérdida de agua a través de la barrera cutánea.
DIFERENCIAS EN LA ESTRUCTURA Y COMPOSICIÓN MOLECULAR DE LA PIEL
Los científicos hallaron que la erupción cutánea de los niños con dermatitis atópica y alergia a los alimentos era indistinguible de la erupción cutánea de los niños con dermatitis atópica sola. Sin embargo, encontraron diferencias significativas en la estructura y la composición molecular de la capa superior de piel sin lesión de apariencia saludable entre los niños con dermatitis atópica y alergia a los alimentos en comparación con los niños con dermatitis atópica sola.
La piel no lesionada de los niños con dermatitis atópica y alergia alimentaria era más propensa a la pérdida de agua, tenía una gran cantidad de la bacteria 'Staphylococcus aureus' y presentaba una expresión génica típica de una barrera cutánea inmadura. También se observaron estas anomalías en la piel con lesiones activas de dermatitis atópica, lo que sugiere que las anomalías de la piel se extienden más allá de las lesiones visibles en niños con dermatitis atópica y alergia a los alimentos, pero no en personas con dermatitis atópica sola.
"Nuestro equipo trató de comprender cómo la piel de aspecto saludable podría ser diferente en los niños que desarrollan dermatitis atópica y alergia a los alimentos en comparación con los niños con dermatitis atópica sola --dice Leung--. Curiosamente, hallamos esas diferencias no dentro de la erupción cutánea, sino en muestras de piel aparentemente no afectada a unos centímetros. Estas ideas pueden ayudarnos no solo a comprender mejor la dermatitis atópica, sino también a identificar a los niños con mayor riesgo de desarrollar alergias a los alimentos antes de que desarrollen una erupción cutánea manifiesta y, eventualmente, afinar estrategias de prevención para que se vean afectados menos niños".
Los expertos en alergias consideran que la dermatitis atópica es un paso temprano en la llamada "marcha atópica", una progresión clínica común encontrada en algunos niños en los que la dermatitis atópica progresa hacia alergias a los alimentos y, a veces, a alergias respiratorias y asma alérgica. Muchos inmunólogos plantean la hipótesis de que los alérgenos alimentarios pueden llegar a las células inmunitarias más fácilmente a través de una barrera cutánea disfuncional afectada por la dermatitis atópica, lo que desencadena procesos biológicos que producen alergias a los alimentos.