MADRID, 9 Ago. (EUROPA PRESS) -
Científicos del Centro Alemán de Enfermedades Neurodegenerativas (DZNE) han identificado un grupo de proteínas que ayudan a regenerar las células nerviosas dañadas. Sus hallazgos, publicados en la revista 'Neuron', revelan que aunque la capacidad de crecimiento está inhibida en las células adultas, las neuronas mantienen la disposición para el crecimiento y la regeneración.
Es comúnmente aceptado que las neuronas del sistema nervioso central 'apagan' su capacidad de crecimiento cuando ya no la necesitan; esto ocurre normalmente después de que han encontrado sus células diana y establecido sinapsis. Sin embargo, hallazgos recientes muestran que las células nerviosas viejas tienen el potencial de volver a crecer y reparar daños similares a los de las neuronas jóvenes.
"En realidad, esto es bastante sorprendente. De ninguna manera es algo natural que las células nerviosas jóvenes y adultas compartan los mismos mecanismos. Las neuronas muestran un crecimiento vigoroso durante el desarrollo embrionario. Las células nerviosas maduras, por otro lado, por lo general no crecen y no se regeneran", explica el autor principal del trabajo, Frank Bradke.
En su trabajo, han descubierto que ciertas proteínas que inician el crecimiento en las neuronas jóvenes son cruciales para estos procesos. "Estas proteínas son reguladores clave de la competencia de crecimiento, independientemente de la fase de desarrollo. Actúan sobre la estructura de soporte de la célula y, por lo tanto, desencadenan procesos dinámicos, que son un requisito previo para el crecimiento y la regeneración", detalla el neurobiólogo.
De hecho, las neuronas solo muestran su habilidad para el crecimiento durante el desarrollo embrionario. En esta etapa, forman proyecciones largas, llamadas axones, para conectar y transmitir señales. Sin embargo, la capacidad de crecer y, por lo tanto, volver a crecer después de una lesión, disminuye cuando el sistema nervioso llega a la etapa adulta.
Solo las neuronas de la 'periferia', por ejemplo, las de los brazos y las piernas, conservan un marcado potencial para reparar las conexiones dañadas. Sin embargo, si se cortan los axones de la médula espinal, no vuelven a crecer. "En consecuencia, la vía de los impulsos nerviosos permanece perturbada. Esto puede causar parálisis y otras discapacidades graves", aseguran estos científicos.