MADRID, 13 Mar. (EUROPA PRESS) -
Los niños expuestos al virus Zika en el útero pueden enfrentarse a complejos problemas de salud y desarrollo a medida que envejecen, según se debate en un taller de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos. Un resumen de los procedimientos, escrito por investigadores del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano (NICHD, por sus siglas en inglés) Eunice Kennedy Shriver de NIH, se puede consultar en el último número de 'JAMA Pediatrics'.
El virus Zika es una amenaza para la salud pública mundial y la infección en mujeres embarazadas puede llevar a defectos de nacimiento en los fetos en desarrollo y recién nacidos, pero se desconocen en gran parte los resultados a largo plazo para los niños expuestos al virus en el útero. Los participantes en el taller del NIH trataron de abordar estas lagunas de conocimiento al discutir observaciones clínicas en niños afectados por Zika, infecciones congénitas similares, opciones de tratamiento, directrices de manejo y necesidades de investigación.
Por ejemplo, médicos de Brasil y Puerto Rico describieron un espectro de problemas de salud observados en niños afectados por Zika, incluyendo reflejos anormales, anomalías en las extremidades, epilepsia, infecciones respiratorias y problemas de visión, audición y digestión. Sus observaciones indican que la exposición a Zika durante cualquier trimestre en el embarazo pueden conducir a problemas de salud y, en algunos casos, los niños que parecían normales al nacer desarrollaron posteriormente defectos cerebrales, como microcefalia e hidrocefalia.
Los participantes del taller también discutieron cómo involucrar mejor a los padres y cuidadores en el tratamiento de sus hijos y reconocieron la importancia de cuidar a los padres, cuidadores y familias de niños afectados por Zika, además de colaborar entre todas las especialidades para satisfacer las diversas necesidades médicas de los niños. Según el resumen del taller, el panorama completo de los resultados a largo plazo requerirá más investigación y debe incluir a todos los niños expuestos a Zika, no sólo a aquellos que presentan síntomas al nacer.