BARCELONA 20 Dic. (EUROPA PRESS) -
Un equipo del Grupo de Investigación Enfermedades Neurovasculares del Vall d'Hebron Institut de Recerca (VHIR) ha identificado 39 proteínas implicadas en el proceso de infarto cerebral, en el marco de la primera investigación con muestras humanas para detectar las variaciones que se producen en las proteínas.
Publicado en la revista 'Journal of Neuropathology & Experimental Neurology', el trabajo ha corroborado hallazgos previos en modelos animales, ha confirmado datos previsibles y ha puesto encima de la mesa información nueva que implica más retos para el futuro.
Este estudio, liderado por Joan Montaner, supone un punto de inflexión en la búsqueda de proteínas implicadas en el infarto cerebral ya que, por primera vez, se describen en el ser humano.
Todos los estudios previos que han identificado proteínas expresadas de forma diferencial en tejido cerebral infartado comparado con tejido sano se habían realizado sobre modelos animales.
La investigación ha analizado las muestras con técnicas masivas sobre todo el mapa de proteínas presente en un infarto cerebral y se ha realizado en colaboración con el laboratorio de proteómica del VHIR.
Este mapa de proteínas, realizado con una técnica que las hace aparecer marcadas con fluorescencia, permite ver y comparar las modificaciones de expresión de las proteínas presentes en tejido infartado de manera contrastada con las que se encuentran en muestras sanas y, de este modo, se puede saber qué pasa después de sufrir un ictus.
Gracias a los resultados del estudio se ha podido establecer una lista de 39 proteínas que podrían resultar potenciales marcadores a nivel de diagnóstico, terapéutico o que permitirían predecir la evolución de la enfermedad.
"Los hallazgos que hemos obtenido son importantes porque en gran parte nos confirman, en muestras humanas, lo que ya habíamos descubierto --nosotros mismos u otros grupos de investigación-- en modelos animales", ha señalado Montaner, del grupo de Investigación Enfermedades Neurovasculares del VHIR.
El siguiente paso es establecer cuáles de estas proteínas realmente pueden convertirse en marcadores y, un paso más allá, convertirse en marcadores que se puedan hallar en sangre periférica, es decir, haciendo una analítica.
Cuando una persona padece unos síntomas neurológicos que pueden hacer pensar en un ictus, se necesita poder hacer un diagnóstico diferencial y saber realmente si se trata de un accidente cerebral y no de alguna otra enfermedad con sintomatología similar.
Por este motivo, son necesarios marcadores que, a través de una analítica, puedan favorecer el diagnóstico. Un ictus es una alteración de la circulación de la sangre en el cerebro, que impide que ésta llegue a una parte del mismo, produciendo la muerte de las células cerebrales.
Cada ictus es diferente y las personas que lo padecen presentan diferentes síntomas según la zona y el volumen del cerebro afectado y del estado de salud previo.
El ictus causa la muerte a 5,7 millones de personas cada año en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En España es la primera causa de muerte en mujeres y también lo es en el marco de Catalunya, donde cada año se producen más de 13.000 ingresos hospitalarios por esta enfermedad.