BARCELONA 28 Jun. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y médicos del Hospital del Mar de Barcelona han identificado que el envejecimiento de los linfocitos NK circulantes en sangre de las pacientes con cáncer de mama HER2 positivo es un marcador que permite predecir el éxito o el fracaso de las terapias con anticuerpos monoclonales, que actúan sobre un factor en concreto de las células del tumor.
En el estudio, que publica la revista 'Cancer Immunology Research', participan también profesionales del Hospital Clínico de Valencia, de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid y del Instituto Universitario Puerta de Hierro de Madrid.
Se ha basado en el análisis de muestras de sangre de 66 pacientes, en estudios inmunogenéticos y funcionales de los linfocitos NK de estas pacientes, y en el análisis de estas células en biopsias tumorales.
El envejecimiento de estas células se ha medido mediante la cuantificación de linfocitos NK en sangre que expresan la molécula CD57, y los resultados muestran que las pacientes que presentaban un número elevado en sangre en el momento del diagnóstico tienen una mayor posibilidad de ser resistentes al tratamiento con quimioterapia y anticuerpos anti-HER2.
Estas observaciones se complementan con estudios 'in vitro' que muestran que los linfocitos NK CD57+, a pesar de ser funcionales, tienen una menor capacidad de división y, posiblemente, una menor capacidad para llegar hasta el tumor.
VARIABLE EN CADA PERSONA
El envejecimiento de los linfocitos NK, o el número de linfocitos NK CD57+, varía en cada persona de acuerdo con su edad y la influencia de factores genéticos y ambientales, como por ejemplo el número y tipo de infecciones a las que ha tenido que hacer frente a lo largo de su vida.
Este estudio identifica el envejecimiento de los linfocitos NK como un factor que podría condicionar la eficacia del tratamiento con anticuerpos anti-HER2.
El mismo equipo de investigadores ya había demostrado en un estudio anterior, la relación entre la presencia en el tumor de linfocitos NK, y la respuesta positiva al tratamiento, y este nuevo trabajo sugieren que las células NK envejecidas, o bien no llegan, o bien no sobreviven en el tumor, condicionando la eficacia del tratamiento.
"Hasta ahora, los fármacos en desarrollo se han centrado en potenciar la capacidad citotóxica de las células NK. Nuestros resultados indican que también hay que tener en cuenta el envejecimiento a la hora de buscar vías para potenciar su capacidad antitumoral", ha explicado Aura Muntasell, primera firmante del trabajo.
Cada año se diagnostican cerca de 28.000 casos de cáncer de mama en el Estado, de los que 4.600 en Catalunya, y de estos, entre un 15% y un 20% son del tipo HER2 positivo, que se caracteriza por la presencia del oncogén HER2 en las células tumorales, asociada a un curso clínico agresivo.