Identifican cómo la pandemia cambió los diagnósticos y la mortalidad por enfermedades cardíacas en Inglaterra

Archivo - Gente en el metro con mascarilla.
Archivo - Gente en el metro con mascarilla. - ISTOCK - Archivo
Infosalus
Publicado: martes, 28 octubre 2025 7:35

   MADRID, 28 Oct. (EUROPA PRESS) -

Un estudio de gran escala que analiza los datos de salud de más de 57 millones de personas en Inglaterra revela cómo la pandemia de COVID-19 afectó la incidencia y el diagnóstico de enfermedades cardiovasculares, y cómo estas tendencias han evolucionado hasta 2024. La investigación, publicada en The Lancet Public Health por expertos del Health Data Research UK, muestra que durante los primeros confinamientos disminuyó el número de nuevos diagnósticos, pero aumentó el riesgo de mortalidad entre quienes sí recibieron atención.

Además, se identificaron desigualdades geográficas y socioeconómicas en la carga de estas afecciones, mientras que ciertas condiciones como la miocarditis y la insuficiencia cardíaca presentan incrementos recientes. Los hallazgos subrayan la importancia de monitorear los cambios a lo largo del tiempo y de distribuir los recursos sanitarios de manera equitativa para mejorar la prevención y el tratamiento de las enfermedades cardíacas en la población.

DATOS DE 57 MILLONES DE PERSONAS EN INGLATERRA

   Los datos de salud de 57 millones de personas en Inglaterra muestran patrones cambiantes de enfermedades cardíacas antes, durante y después de la pandemia, según aseguran expertos del Health Data Research de Reino Unido en un artículo de 'The Lancet Public Health'.

   Los datos de la historia clínica electrónica analizados en este estudio son anónimos y nunca salen de un entorno de datos seguro, al que solo pueden acceder investigadores aprobados que trabajan en proyectos aprobados.

   El coautor, el profesor William Whiteley, director asociado del Health Data Research, comenta: "Nuestros hallazgos muestran que durante la pandemia de COVID-19 hubo caídas en la incidencia de algunas enfermedades cardiovasculares y que las disparidades en la carga de estas afecciones fueron soportadas de manera desigual por la diversa población de Inglaterra.

Sin embargo, las tasas de diagnóstico de muchas afecciones han regresado a los niveles prepandémicos, y nuestros conocimientos podrían sentar las bases para distribuir los recursos sanitarios de forma justa a quienes más los necesitan y donde más los necesitan. Detectar casos de enfermedades cardiovasculares de forma específica y oportuna nos abre más oportunidades para intervenir, salvando y mejorando vidas".

    A esta idea, la coautora, profesora Angela Wood, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y directora asociada del Health Data Research agrega: "Durante la pandemia, observamos un aumento notable en la prevalencia de afecciones como el accidente cerebrovascular isquémico y la insuficiencia cardíaca. Si bien nuestro estudio no investigó las razones de estas tendencias, creemos que estas observaciones podrían reflejar los efectos directos del virus de la COVID-19, así como los efectos indirectos de la interrupción de la atención médica y el retraso en la atención. Aprovechar los datos de toda la población de forma responsable, fiable y segura puede ayudarnos a identificar las desigualdades en salud, monitorear los cambios a lo largo del tiempo e influir en la toma de decisiones políticas. Nuestros hallazgos también podrían orientar la preparación ante futuras pandemias".

   Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo un importante desafío para la salud pública. La pandemia de COVID-19 coincidió con un mayor riesgo de complicaciones cardiovasculares entre quienes ya padecían enfermedades, mayores tasas de enfermedad cardiovascular de nueva aparición e interrupción de la atención médica habitual.

   Para obtener una imagen completa y de alta resolución, el equipo de investigación utilizó datos de salud vinculados de más de 57 millones de personas en Inglaterra para determinar el impacto de la pandemia de COVID-19 en 79 afecciones cardiovasculares diferentes.

   Los datos de los registros de hospitales, atención primaria, defunciones y especialistas abarcaron el periodo comprendido entre el 1 de enero de 2020 y el 31 de mayo de 2024. Se eliminó toda la información personal que pudiera identificar a las personas, y los investigadores autorizados accedieron a estos datos íntegramente dentro del Entorno de Datos Seguros (SDE) del NHS England, una plataforma segura de datos y análisis.

   Para cada afección cardíaca, analizaron la incidencia (tasa de nuevos diagnósticos por cada 100.000 personas), la prevalencia (porcentaje de personas con diagnósticos antiguos y nuevos), el porcentaje de fallecimientos por cualquier causa en los 30 días posteriores al diagnóstico y la tasa de infartos y accidentes cerebrovasculares ocurridos entre 30 días y un año después del diagnóstico. Posteriormente, estimaron los cambios en estas tasas antes y después de la pandemia de COVID-19, determinando si la edad, el sexo, la etnia, las carencias, la zona y el número de enfermedades crónicas que padecían las personas influían en su salud.

   Los investigadores descubrieron que el número de nuevos diagnósticos de enfermedades cardíacas disminuyó durante el primer confinamiento por la COVID-19 en 2020. Sin embargo, las personas que recibieron estos diagnósticos tenían más probabilidades de morir que en otros momentos entre 2020 y 2024. Creen que esta disminución se debe a que los servicios de salud estaban bajo una gran presión y solo las personas con enfermedades más graves buscaban atención.

   La ubicación geográfica y las privaciones también influyeron en las tasas y el número de diagnósticos cardiovasculares. Por ejemplo, se observó una mayor tasa de mortalidad por infartos y accidentes cerebrovasculares en el norte, la región central y partes del sur, así como en las zonas costeras del este.

   Al comparar la situación antes y después de la pandemia, los investigadores descubrieron que en 2024 el número de nuevos diagnósticos cardiovasculares aumentó en comparación con la situación previa a la pandemia. En particular, observaron aumentos en la incidencia (26%, o de 5 a 6,4 por cada 100.000 personas), la prevalencia (50%, o de 0,03% a 0,04%) y el riesgo de muerte a corto plazo (de una tasa del 8,5% al 17%) por inflamación del tejido cardíaco, denominada miocarditis, así como un aumento del 25% (del 0,9% al 1,2%) en la prevalencia de insuficiencia cardíaca.

   Sin embargo, los investigadores creen que estos aumentos se deben en parte a que los servicios de salud se están poniendo al día a raíz de la pandemia, y ahora es posible realizar más diagnósticos a medida que disminuye la presión y los recursos están menos limitados, y a que los profesionales de la salud se vuelven mejores en la detección de los síntomas.

   Los investigadores han desarrollado un panel de control para ayudar a investigadores, responsables políticos y al público en general a acceder e interpretar sus hallazgos. Este panel estará disponible en el sitio web del Health Data Research.

   Los investigadores pudieron llevar a cabo este estudio gracias a las medidas implementadas durante la pandemia para facilitar la investigación relacionada con la COVID-19. En su artículo, señalan que este enfoque podría seguir proporcionando información detallada sobre diagnósticos cardiovasculares e informar la formulación de políticas, la investigación y la gestión regional de la atención, si se pudiera acceder a los datos vinculados para usos más allá de la COVID-19.

Contador

Contenido patrocinado