MADRID, 30 Jun. (EUROPA PRESS) -
Las células de los ojos y los brazos albergan los mismos genes, pero los expresan de forma distinta para convertirse en cada parte del cuerpo.
Todas las células contienen el mismo ADN, pero deben activar y desactivar genes específicos (un proceso conocido como expresión génica) para crear diferentes partes del cuerpo, según un trabajo del Consejo de Investigación Médica (MRC) del Laboratorio de Ciencias Médicas de Reino Unido, publicado en 'Developmental Cell'.
El trabajo se centró en el gen Cdx2. La duración de la expresión de Cdx2 ayuda a determinar dónde y cuándo una célula produce progenitores de la médula espinal. Los investigadores querían comprender qué procesos controlan esta breve ventana.
El equipo descubrió un elemento del ADN al que denominaron 'atenuador', que reduce la expresión génica de forma específica para cada momento y tipo celular, a diferencia de los potenciadores o silenciadores, otros tipos de elementos del ADN que activan o desactivan genes de forma generalizada. Al alterar este elemento, pudieron ajustar la duración y la intensidad de la expresión de Cdx2, actuando como un regulador de intensidad genético. La alteración de este regulador en embriones de ratón también confirmó su papel esencial en la configuración del plan corporal en desarrollo.
Este avance allana el camino hacia la expresión génica programable, ofreciendo la capacidad de controlar con precisión la actividad génica en el espacio y el tiempo. Los hallazgos no solo profundizan nuestra comprensión de la biología del desarrollo, sino que también podrían fundamentar nuevas estrategias terapéuticas dirigidas al genoma no codificante . Estos enfoques podrían, en el futuro, permitir tratamientos que ajusten selectivamente la expresión génica en tejidos específicos, con implicaciones para las enfermedades causadas por la desregulación génica.
Vicki enfatiza el potencial: "Estamos entusiasmados porque investigaciones previas sugieren que nuestro genoma podría albergar muchos tipos diferentes de elementos que afinan la expresión génica, pero no han sido fáciles de identificar. Si logramos abordar este desafío, esto representa un enorme potencial para descubrir nuevas formas de tratar enfermedades mediante el ajuste preciso de la expresión génica donde y cuando sea necesario".
El estudio se suma a un creciente número de trabajos que exploran cómo el ADN no codificante gobierna la regulación genética, un área con profundas implicaciones para la medicina, desde el diseño de nuevas terapias genéticas hasta la mejora de los tratamientos.