MADRID, 23 Nov. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Escuela de Medicina de Yale en New Haven en Connecticut (EEUU) han identificado en niños biomarcadores del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y un posible papel para el aprendizaje automático de neuroimagen para ayudar con el diagnóstico, la planificación del tratamiento y la vigilancia del trastorno.
Este estudio, que se presentarán la próxima semana en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de América del Norte (RSNA), ha sido realizado tras analizar los datos de los exámenes de resonancia magnética en casi 8.000 niños.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, el TDAH es uno de los trastornos del desarrollo neurológico más comunes en la infancia y afecta aproximadamente a 6 millones de niños estadounidenses entre las edades de 3 y 17 años. Los niños con este trastorno pueden tener problemas para prestar atención y controlar comportamientos impulsivos, o pueden ser demasiado activos.
El diagnóstico se basa en una lista de verificación completada por el cuidador del niño para calificar la presencia de síntomas de TDAH. "Se necesita una metodología más objetiva para un diagnóstico más eficiente y confiable. Los síntomas del TDAH a menudo no se diagnostican o se diagnostican erróneamente porque la evaluación es subjetiva", ha señalado el coautor del estudio, Huang Lin, investigador de posgrado en la Escuela de Medicina de Yale en New Haven, Connecticut.
Los investigadores utilizaron datos de resonancia magnética del estudio Desarrollo cognitivo del cerebro adolescente (ABCD), el estudio a largo plazo más grande sobre el desarrollo del cerebro y la salud infantil en los Estados Unidos. El estudio ABCD involucra a 11,878 niños de 9 a 10 años de 21 centros en todo el país para representar la diversidad sociodemográfica en los EEUU.
"La demografía de nuestro grupo refleja la población de EE. UU., lo que hace que nuestros resultados sean clínicamente aplicables a la población general", ha señalado el investigador.
Después de las exclusiones, el grupo de estudio de Lin incluyó a 7.805 pacientes, incluidos 1.798 diagnosticados con TDAH, todos los cuales se sometieron a resonancias magnéticas estructurales, imágenes de tensor de difusión y resonancia magnética funcional en estado de reposo. Los investigadores realizaron un análisis estadístico de los datos de imágenes para determinar la asociación del TDAH con las métricas de neuroimagen que incluyen el volumen cerebral, el área de superficie, la integridad de la sustancia blanca y la conectividad funcional.
"Encontramos cambios en casi todas las regiones del cerebro que investigamos. La omnipresencia en todo el cerebro fue sorprendente, ya que muchos estudios anteriores han identificado cambios en regiones selectivas del cerebro", ha afirmado.
En los pacientes con TDAH, los investigadores observaron una conectividad anormal en las redes cerebrales involucradas en el procesamiento de la memoria y el procesamiento auditivo, un adelgazamiento de la corteza cerebral y cambios microestructurales significativos en la materia blanca, especialmente en el lóbulo frontal del cerebro.
El lóbulo frontal es el área del cerebro involucrada en el gobierno de la impulsividad y la atención o la falta de ella, dos de los principales síntomas del TDAH. Lin ha explicadso que los datos de resonancia magnética eran lo suficientemente significativos como para que pudieran usarse como entrada para modelos de aprendizaje automático para predecir un diagnóstico de TDAH. El aprendizaje automático, un tipo de inteligencia artificial, permite analizar grandes cantidades de datos de resonancia magnética.
"Nuestro estudio subraya que el TDAH es un trastorno neurológico con manifestaciones neuroestructurales y funcionales en el cerebro, no solo un síndrome de comportamiento puramente externalizado", ha afirmado Lin, quien cree que los datos a nivel de población del estudio ofrecen la tranquilidad de que los biomarcadores de resonancia magnética brindan una imagen sólida del cerebro.
"En momentos en que se duda de un diagnóstico clínico, las imágenes de resonancia magnética objetivas del cerebro pueden ayudar a identificar claramente a los niños afectados. Los biomarcadores de resonancia magnética objetiva se pueden usar para la toma de decisiones en el diagnóstico del TDAH, la planificación del tratamiento y el seguimiento del tratamiento", ha añadido.