MADRID, 6 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un equipo internacional ha descubierto el potencial para vencer la obesidad a nivel celular, caracterizando por primera vez un tipo de receptor complejo y poco entendido que, cuando se activa, apaga el hambre.
El investigador Jens Meiler, profesor de Química y Farmacología en la Universidad de Vanderbilt, en Estados Unidos, dice que las compañías farmacéuticas han intentado durante mucho tiempo desarrollar un medicamento de molécula pequeña que pudiera hacer justamente eso, pero hasta ahora, nadie sabía exactamente cómo era el receptor, por lo que era casi imposible diseñar la clave para activarlo.
El equipo determinó la primera estructura cristalina de un receptor neuropéptido Y, descifrando los miles de átomos de carbono, oxígeno, nitrógeno y otros átomos implicados en él y cómo se unen entre sí. Meiler y un estudiante en su laboratorio, Brian J. Bender, tradujeron los datos intrínsecamente de baja calidad sobre las coordenadas de los átomos para construir modelos informáticos precisos tanto del receptor inactivo como de su aspecto cuando se activa.
"Es un hito muy importante en el proceso de descubrimiento de medicamentos --subraya Meiler--. La gran contribución de este trabajo es hacer una lista de los átomos con todas las coordenadas específicas de dónde se encuentran sentados en el espacio y dónde están vinculados entre sí. De hecho, hemos encontrado dónde hay pequeños bolsillos en la estructura donde podemos construir una molécula pequeña para su unión. Antes, era como tratar de diseñar una llave sin conocer la forma del ojo de la cerradura".
El siguiente paso en esta investigación de nivel molecular, que se detalla en un artículo publicado en la edición digital de 'Nature', es validar el objetivo: demostrar que el receptor realmente controla el hambre. Estudios anteriores revelaron que, cuando se bloquea el funcionamiento del receptor en ratones, se vuelven obesos.
"Una vez que comes, produces este péptido, se activa el receptor, y luego ya no sientes hambre y dejas de comer --afirma Meiler--. La idea aquí es que podríamos regular al alza este receptor con una molécula pequeña y crear la sensación de no tener hambre para que comas menos".
Meiler apunta que el artículo de Nature es parte de un estudio mucho más extenso y continuo que ya impulsó el desarrollo de terapias potenciales de moléculas pequeñas. Otros autores de este trabajo incluyen investigadores de la Academia de Ciencias de China, en Shanghai, y la Universidad de Leipzig, en Alemania.