MADRID, 2 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un pequeño grupo de variantes genéticas encontradas en pacientes extremadamente enfermos con COVID-19 puede ayudar a explicar las grandes diferencias en la forma de enfermar de coronavirus, según un estudio del Medical College of Georgia at Augusta University (Estados Unidos).
La búsqueda para comprender mejor la enorme variedad de respuestas a la COVID-19, desde los que no presentan síntomas hasta los que están gravemente enfermos, ha descubierto en algunos de los pacientes más enfermos un puñado de variantes genéticas estructurales raras que intervienen en procesos corporales, como la inflamación, que el virus necesita para tener éxito.
"El virus tiene que adherirse a nuestras células, tiene que entrar en ellas y tiene que multiplicarse dentro de ellas. También tiene que atraer la inflamación. "Hemos identificado genes con cambios estructurales en personas muy enfermas de COVID-19 que forman parte de estos cuatro procesos esenciales", explica Ravindra Kolhe, líder de la investigación, que se ha publicado en la revista científica 'iScience'.
En lo que parece ser el primer estudio de este tipo, los investigadores utilizaron el mapeo óptico del genoma para obtener una evaluación completa y tridimensional del genoma de 52 pacientes gravemente enfermos con COVID-19.
En nueve de los pacientes más enfermos, identificaron siete variantes estructurales raras que afectaban a un total de 31 genes implicados en vías clave que median la respuesta entre una persona, o huésped, y un virus.
Estas vías incluyen la inmunidad innata, nuestra primera línea de defensa inmunitaria contra invasores como los virus; la respuesta inflamatoria, una respuesta clave a una infección que, si se tuerce, también puede destruir los pulmones de algunos de los pacientes más enfermos; y la capacidad de un virus para replicarse y propagarse.
Como ejemplo, una variante que identificaron puede conducir a la sobreexpresión de los genes de la queratina. Las queratinas son proteínas que constituyen los componentes estructurales de cosas como nuestro pelo y nuestras uñas, pero que también se han identificado como clave para la transmisión tanto de los virus de la gripe como de la COVID-19 entre las células y se sabe que están reguladas al alza en el tracto respiratorio durante una infección.
"Se trata de una hiperactivación de los sistemas normales. Nuestros datos muestran que las grandes (variantes estructurales) identificadas mediante el mapeo óptico del genoma podrían explicar aún más la variabilidad clínica interindividual en la respuesta a la COVID-19", afirma Kolhe.