MADRID, 25 Feb. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Clínica Mayo (Estados Unidos) han identificado un gen llamado UCP-1 que puede predecir el desarrollo de cáncer de páncreas en personas con diabetes tipo 2. Sus conclusiones se publican en la revista 'Gastroenterology'.
En el estudio, los científicos estudiaron una cohorte poblacional de pacientes con cáncer de páncreas y controles emparejados. Estudiaron los cambios en la glucemia en ayunas de los pacientes, el peso corporal y los lípidos en la sangre durante un período de cinco años antes de su diagnóstico de cáncer de páncreas.
También revisaron las tomografías computarizadas seriadas a lo largo del tiempo para otras indicaciones antes de su diagnóstico. Esta revisión les ayudó a identificar cambios en la grasa subcutánea, la grasa visceral y el músculo de los pacientes a lo largo del tiempo.
Los investigadores encontraron que los cambios metabólicos en los pacientes con cáncer de páncreas comenzaron 36 meses antes de su diagnóstico de cáncer, junto con un aumento de la glucosa en sangre. También encontraron que 18 meses antes de un diagnóstico de cáncer de páncreas, los pacientes experimentaron pérdida de peso y una disminución de los lípidos en la sangre, que incluían triglicéridos, colesterol total y colesterol de baja densidad.
Los responsables del estudio explican que la disminución de la grasa y los lípidos 18 meses antes de un diagnóstico de páncreas recuerda a los efectos del pardeamiento del tejido adiposo blanco, un fenómeno que se encuentra en otros cánceres. Un marcador específico de grasa marrón es una proteína de desacoplamiento conocida como UCP-1.
"La grasa blanca se puede convertir en marrón al activar ciertos genes, incluido el UCP-1. Supusimos que el cáncer de páncreas causa un pardeamiento de la grasa subcutánea y confirmamos nuestra hipótesis en estudios en animales, experimentales y en humanos", detallan los investigadores.
Según sus hallazgos, identificaron tres fases metabólicas distintas antes de un diagnóstico de cáncer de páncreas. Cada fase se caracteriza por la aparición de un nuevo cambio metabólico. En la primera fase, de 36 a 18 meses, se caracteriza por un aumento en los niveles de glucosa en la sangre. Después, a los ocho a seis meses, disminuyen los lípidos y el peso, se produce el pardeamiento de la grasa subcutánea y el aumento de la temperatura corporal. Por último, de seis a cero meses, aumenta la glucosa y la temperatura corporal, junto a disminución de lípidos, peso y tejidos blandos que incluyen grasa subcutánea, grasa visceral y músculo.