MADRID, 10 Ago. (EUROPA PRESS) -
Diversos grupos científicos han identificado una forma en que la grasa se transfiere a los tejidos, encontrando que la alteración de este mecanismo impidió que los ratones se volvieran obesos mientras seguían una dieta alta en grasas. Los resultados de las investigaciones, publicados en la revista 'Science', apuntan a un posible medio para reducir la obesidad.
En el intestino, la grasa dietética se empaqueta en pequeños paquetes llamados quilomicrones. Los quilomicrones se transportan a varias partes del cuerpo a través del sistema linfático, particularmente los vasos linfáticos llamados lacteales. Investigaciones previas sugieren que el bloqueo del crecimiento de los lacteales, al bloquear la producción de una proteína llamada factor de crecimiento endotelial vascular A (VEGF-A), a su vez puede limitar el suministro de grasa a los tejidos.
Para explorar este mecanismo en mayor detalle, el equipo de Feng Zhang del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) en Cambridge (EE.UU.) estudiaron ratones con dos receptores de VEGF-A, ya que un trabajo previo señalaba que podría estar involucrado en la regulación metabólica.
Durante el estudio alimentaron a los ratones con una dieta alta en grasas durante ocho semanas, así observaron que los ratones con los dos receptores desactivados no aumentaron de peso, mientras que los ratones control con los receptores funcionando duplicaron su peso.
Un análisis más profundo a lo que está ocurriendo dentro de los lacteales reveló que, normalmente, estos recipientes tienen brechas en forma de botón a lo largo del revestimiento, que permiten que los quilomicrones se deslicen hacia los tejidos circundantes. Sin embargo, con los dos receptores (FLT1 y NRP1) bloqueados, estas aberturas parecidas a botones se convierten en aberturas en forma de cremallera, donde los quilomicrones no se pueden deslizar con la misma facilidad. Esto reduce la cantidad de grasa que ingresa al tejido, según han informado los autores.