Identifican las células madre de la médula ósea eficaces para reparar el infarto de miocardio

Actualizado: viernes, 25 junio 2010 13:30

VALENCIA 25 Jun. (EUROPA PRESS) -

Investigadores del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital La Fe y el Centro de Investigación Príncipe Felipe han identificado células madre de la médula ósea eficaces para reparar el infarto de miocardio, según informó hoy la Generalitat.

Así, el estudio comparativo, liderado por la doctora Pilar Sepúlveda, investigadora del IIS Hospital La Fe, demuestra que las células madre mesenquimales, procedentes de la médula ósea, son más eficaces a la hora de generar músculo cardiaco y prevenir el remodelado ventricular o deformación del corazón debida a la cicatriz. Asimismo, este hallazgo, publicado en la revista científica Journal of the American College of Cardiology, representa un avance para la terapia celular como futuro tratamiento del infarto de miocardio.

El trabajo de investigación ha consistido en un estudio comparativo de la eficiencia de dos tipos de células madre humanas, y de su comportamiento tras el trasplante en corazones infartados. Por una parte se han utilizado células madre hematopoyéticas procedentes de sangre del cordón umbilical y por otra células madre mesenquimales procedentes de la médula ósea. Para realizar el estudio, estos dos tipos de células se han inyectado en un modelo animal de infarto de miocardio y sus resultados se han comparado y contrastado de forma controlada.

Una vez inyectadas las dos poblaciones en una dosis comparable, los investigadores observaron que en este modelo animal, los dos tipos celulares eran capaces de mejorar la función cardíaca, si bien los mecanismos no eran exactamente iguales.

La doctora Pilar Sepúlveda, autora principal del artículo e investigadora del grupo de Cirugía Cardiovascular y Regenerativa del IIS La Fe, explicó al respecto: "Las dos poblaciones de células madre inducen la angiogénesis, esto es, que aumentaban el número de vasos sanguíneos en la zona infartada. Pero sólo las células mesenquimales de la médula ósea eran capaces de disminuir la zona necrótica, la zona del infarto, de forma significativa".

Por ello, el trabajo de investigación puede ser de gran valor para la toma de decisiones en el desarrollo de futuros protocolos clínicos en terapia celular aplicada al tratamiento de patologías cardíacas, según destacó Anastasio Montero, jefe de servicio de Cirugía Cardiovascular del Hospital La Fe e investigador principal del grupo de investigación.

Para dicho estudio ha sido clave la colaboración entre el Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital la Fe y el Centro de Investigación Príncipe Felipe, cuyo común objetivo es la investigación en Cirugía Cardiovascular y Regenerativa con el fin de encontrar el tipo celular idóneo para la regeneración del corazón infartado, utilizando para ello el implante de células que reactiven las funciones que han perdido su actividad en la zona dañada.

Para realizar el trabajo, los investigadores de ambos centros han contado con la colaboración del profesor José Manuel García-Verdugo, investigador del Laboratorio de Morfología Celular del CIPF-UVEG; del Centro de Transfusiones de la Comunidad Valenciana, que ha donado sangre procedente de cordón umbilical (de donde se han purificado los precursores hematopoyéticos) y de la Fundación Inbiomed del País Vasco, entidad de la cual se han obtenido las células madre de médula ósea.

TIPO CELULAR MÁS APROPIADO

El infarto de miocardio es un problema de salud frecuente, que ocurre cuando se obstruye una arteria cardiaca y el corazón queda sin riego. Esta lesión conlleva la muerte de una porción de músculo y su sustitución por tejido cicatrizal. Por ello, la investigación basada en la terapia celular estudia la regeneración de la zona afectada a partir del trasplante de células madre capaces, por una parte, de generar músculo e inducir a la angiogénesis en la zona dañada para que la irrigación vuelva a ser correcta.

Como apunta Pilar Sepúlveda "no hay diferencias significativas en la eficiencia de ambos tipos celulares en cuanto a la angiogénesis en la zona dañada, pero sí en la remodelación ventricular". En ese sentido, señaló que la investigadora Pilar Sepúlveda, "es posible que en infartos donde la cicatriz no sea tan grande, sea bueno el uso de precursores hematopoyéticos porque no hay remodelado ventricular y sería suficiente con la generación de vasos; pero en infartos con una lesión muy grande del corazón, no sólo se necesita generar vasos, sino también fomentar la muscularización del corazón".

Estudios anteriores habían demostrado por separado la eficacia de estos tipos de células madre para la terapia celular en infarto de miocardio. Sin embargo, hasta el momento no existía un estudio comparativo que analizase detalladamente el comportamiento de ambas para la valoración de su idoneidad, bajo circunstancias experimentales idénticas.

El trasplante de las dos poblaciones en un modelo experimental permite contrastar y comparar diversos factores con una mayor facilidad de análisis, tales como la mejora de la función cardiaca, el aumento del número de vasos, la disminución del área infartada o la producción de cardiomiocitos, entre otros.

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