MADRID 1 Mar. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV) han demostrado que los pacientes con enfermedad renal crónica con los niveles de oteoprotegerina, osteopontina y una citoquina inflamatoria alterados aumentaban nueve veces el riesgo de sufrir una dolencia cardiovascular.
La investigación, realizada por el grupo de Luis Miguel Blanco-Colio en el Instituto de Investigación Sanitaria Fundación Jiménez Díaz de Madrid, con la participación del jefe de grupo del CIBERDEM Jesús Egido, el Institut de Recerca Biomèdica (IRB) de Lleida y la Red de Investigación Renal RedinRen, sugiere que estos biomarcadores deberían ser tenidos en cuenta en los algoritmos de predicción de riesgo cardiovascular, especialmente en pacientes con enfermedad renal crónica.
"Por primera vez se ha demostrado que los sujetos que tenían estos tres biomarcadores circulantes alterados tenían nueve veces más riesgo de sufrir un accidente cardiovascular que aquellos en los que estos biomarcadores estaban en niveles normales" incide el jefe de grupo del CIBERCV Luis Miguel Blanco-Colio.
La inclusión de este conjunto de biomarcadores en modelos de riesgo cardiovascular con factores de riesgo clásicos como son los niveles de lípidos, la presión arterial, la presencia de diabetes, el tabaquismo y la presencia de calcificación vascular, mejoró la predicción del riesgo en esta población.
En el estudio se analizaron los niveles circulantes de estas tres proteínas en más de 1.000 pacientes incluidos en el proyecto NEFRONA (Observatorio Nacional de Aterosclerosis en Nefrología), un estudio observacional, prospectivo y multicéntrico de morbimortalidad cardiovascular en pacientes con enfermedad renal crónica distribuidos a lo largo del territorio español.
El estudio NEFRONA fue diseñado para analizar la prevalencia de aterosclerosis latente (sin sintomatología) en pacientes en diferentes estadios de enfermedad renal crónica, su asociación con diferentes biomarcadores circulantes, así como su asociación con la presencia de eventos cardiovasculares tras 4 años de seguimiento.
La presencia de enfermedad renal crónica se asocia con una alta incidencia de eventos cardiovasculares. De hecho, la mortalidad por causas cardiovasculares aumenta progresivamente según disminuye la tasa de filtrado glomerular. Aunque los factores de riesgo tradicionales como los niveles elevados de colesterol, la hipertensión, la diabetes y el tabaquismo pueden explicar el riesgo cardiovascular asociado a la presencia de enfermedad renal crónica, otros factores deberían contribuir a este aumento del riesgo observado en pacientes con esta patología.
Por lo tanto, "son necesarias herramientas de diagnóstico adicionales que nos puedan ayudar a predecir mejor el riesgo cardiovascular en este tipo de pacientes y nos permitan mejorar la intervención farmacológica sobre ellos", indica el investigador Blanco-Colio.