MADRID, 16 Ago. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de McMaster (Canadá) han demostrado que los accidentes cerebrovasculares encubiertos, o 'silenciosos', son comunes en las personas mayores después de que se someten a una cirugía no cardíaca electiva y duplican su riesgo de deterioro cognitivo un año después.
Mientras que un derrame cerebral causa síntomas obvios, como debilidad en un brazo o problemas del habla que duran más de un día, un derrame cerebral encubierto no es obvio excepto en las exploraciones cerebrales, como la resonancia magnética (RM).
Cada año, aproximadamente el 0,5 por ciento de los 50 millones de personas de 65 años de edad o más en todo el mundo que se someten a una cirugía mayor no cardíaca sufrirán un accidente cerebrovascular identificado, pero hasta ahora se sabía poco sobre la incidencia o los efectos del accidente cerebrovascular silencioso después de la cirugía.
Ahora, en un estudio publicado en la revista 'The Lancet', estos investigadores han encontrado que una de cada 14 personas mayores de 65 años que se sometieron a cirugía no cardiaca electiva tuvo un accidente cerebrovascular silencioso, lo que sugiere que hasta tres millones de personas de esta categoría de edad sufren un accidente cerebrovascular encubierto cada año.
El estudio involucró a 1.114 pacientes de 65 años de edad y mayores de 12 centros en Norte y Sudamérica, Asia, Nueva Zelanda y Europa. Todos los pacientes se sometieron a una RM dentro de los nueve días de su cirugía para buscar evidencia de un ictus silencioso. El equipo de investigación siguió a los pacientes durante un año después de la cirugía para evaluar sus capacidades cognitivas.
Según sus hallazgos, las personas que tuvieron un accidente cerebrovascular silencioso después de la cirugía eran más propensas a experimentar deterioro cognitivo, delirio perioperatorio, accidente cerebrovascular o ataque isquémico transitorio en el plazo de un año, en comparación con los pacientes que no tuvieron un accidente cerebrovascular silencioso.