MADRID 24 Mar. (EUROPA PRESS) -
El ritmo circadiano no sólo determina el horario de sueño, sino que también puede influir en el desarrollo, diagnóstico y tratamiento del cáncer, según un artículo de revisión publicado en la revista 'Trends in Cell Biology'.
Los investigadores han analizado el papel de los ritmos circadianos en la progresión y propagación de los tumores y describen cómo podríamos cronometrar mejor el momento en que los pacientes se someten a las pruebas de detección del cáncer y el momento en que reciben las terapias para mejorar la precisión del diagnóstico y el éxito del tratamiento.
"El ritmo circadiano rige la mayoría de las funciones celulares implicadas en la progresión del cáncer, por lo que su explotación abre nuevas y prometedoras vías en la lucha contra la metástasis", escriben los autores, los oncólogos moleculares Zoi Diamantopoulou, Ana Gvozdenovic y Nicola Aceto, de la ETH de Zúrich (Suiza).
Los ritmos circadianos ayudan al organismo a sincronizar distintas tareas a lo largo del día, como la expresión génica, la función inmunitaria y la reparación celular. Se sabe desde hace tiempo que la alteración crónica de los ritmos circadianos, como consecuencia de patrones de sueño erráticos, desfase horario o trabajo por turnos, por ejemplo, puede predisponernos a una serie de problemas de salud, entre ellos el cáncer.
Trabajos más recientes han demostrado que los ritmos circadianos no sólo intervienen en la aparición de tumores, sino que también rigen la progresión del cáncer y la metástasis, es decir, la colonización de zonas secundarias del organismo.
La metástasis es la principal causa de muerte en pacientes con cáncer. Para que se produzca la metástasis, las células tienen que desprenderse del tumor primario, entrar en el torrente sanguíneo y, a continuación, desplazarse e infiltrarse en un nuevo órgano.
Los estudios han demostrado que la velocidad a la que las células cancerosas se desprenden del tumor primario y entran en el torrente sanguíneo oscila rítmicamente a lo largo del día, pero el momento de este ritmo difiere entre los distintos tipos de cáncer. Por ejemplo, es más probable que el cáncer de mama haga metástasis por la noche, mientras dormimos, mientras que el cáncer de próstata y el mieloma múltiple alcanzan su punto máximo en otros momentos del día.
Los autores sostienen que se podría aprovechar esta información a la hora de administrar quimio e inmunoterapias para atacar las células tumorales en el momento óptimo. La práctica de administrar medicamentos y terapias inmunitarias en momentos concretos del día se conoce como cronoterapia.
"La formación de metástasis basada en el ritmo circadiano debe verse como una oportunidad para intervenir de la manera más oportuna y eficaz --escriben los autores--. La cronoterapia promete ser una valiosa opción de tratamiento alternativo en la lucha contra el cáncer".
Los estudios clínicos han demostrado que la cronoterapia puede reducir la gravedad de los efectos secundarios experimentados por los pacientes y también puede repercutir en la eficacia del tratamiento. Por ejemplo, los autores describen un estudio reciente en el que los pacientes con melanoma que recibieron fármacos inmunoterapéuticos antes de las 16.30 tuvieron casi el doble de probabilidades de sobrevivir que los que recibieron el tratamiento más tarde.
El momento óptimo varía en función de los distintos tipos de cáncer y terapias, y los autores también señalan que los beneficios clínicos de la cronoterapia podrían verse afectados por factores como el sexo y los antecedentes genéticos del paciente.
El conocimiento de los ritmos circadianos de las células cancerosas también podría ayudar al diagnóstico del cáncer. Las células cancerosas producen proteínas a diferentes ritmos a lo largo del día, y algunas de estas proteínas se utilizan como marcadores moleculares de diagnóstico. Se podrían reducir las posibilidades de diagnosticar erróneamente a un paciente recogiendo y analizando biopsias en el momento del día en que la concentración de estas proteínas es mayor, subrayan los investigadores.
"Será necesaria una mayor comprensión mecanicista de estos procesos para aprovechar plenamente su potencial en el ámbito clínico --escriben--. Definir el momento controlado por el ritmo circadiano de la proliferación y liberación de células tumorales circulantes al torrente sanguíneo en otros tipos de cáncer puede ayudar a identificar la ventana temporal óptima para la administración de la terapia".