Los hombres también se deprimen por la acción de las hormonas (y es un síndrome que tiene nombre)

Hombre con depresión mirando por la venta.
Hombre con depresión mirando por la venta. - GETTY IMAGES / JUANMONINO - Archivo
Publicado: viernes, 2 agosto 2019 8:26

    MADRID, 2 Ago. (EDIZIONES) -

   Las hormonas femeninas son responsables de cambios en su cuerpo y fluctuaciones en su estado de ánimo. Si bien es cierto, tradicionalmente se ha tendido a considerarlas la raíz de todos los males de las mujeres y han sido fuente frecuente para teorizar acerca de rasgos femeninos e, incluso, desacreditarlas, ningunearlas o desplazarlas, todo ello resultado de la visión patriarcal de la sociedad en general. Pero la historia comenzó a cambiar en 2001, año en que se describió por primera vez el síndrome de irritabilidad masculina o SIM.

   El científico escocés Gerald Lincoln, que trabajaba en la Unidad de Reproducción Humana del Medical Research Council, publicó un estudio resultado de una investigación que se extendió durante varios años en animales machos, carneros concretamente. El coordinador nacional del Grupo de Andrología de la Asociación Española de Urología (AEU), el doctor Javier Romero, explica en una entrevista con Infosalus que, mediante la medición periódica de los niveles de testosterona de los animales, determinó que disminuían progresivamente con el tiempo y volvían a los carneros "más irascibles, sensibles y poco comunicativos en el aspecto sexual".

   La historia sigue en 2004. Este año el libro El síndrome de irritabilidad masculina, escrito por el psicoterapeuta estadounidense Jed Diamond, vio la luz. No era su primera aproximación a este asunto, puesto que ya había publicado Menopausia masculina. "Ambos libros tuvieron gran repercusión, exhibiendo una problemática que se vía desde hacía tiempo en la consulta médica de varones de 40 o 50 años", indica el doctor Romero.

   "Todos consultaban por falta de energía, poca motivación, disminución del deseo sexual y cambios importantes del humor: más irritabilidad, depresión y más agresividad", continúa el experto. Este estado de ánimo se ejemplificó entonces con uno de los siete enanitos que acompañaban a Blancanieves, el gruñón, "por lo que se asignó el nombre de 'Grumpy man'", cuenta el experto.

   Como contraparte de la menopausia femenina, el síndrome de irritabilidad masculina "es la disminución progresiva de los niveles de testosterona que, a partir de los 40 años, va decayendo a razón de un 1,5 por ciento anual", especifica el doctor Romero. No obstante, en algunos hombres la disminución puede ser mucho más rápida y se estima que "un tercio de los varones mayores de 45 años tiene la testosterona ya lo suficientemente baja como para empezar a sufrir alguno de los síntomas característicos del síndrome", continúa el experto. No es el único cambio.

El miembro de la AEU describe también un aumento de la globulina transportador de testosterona. Esta, "al atrapar gran parte de la testosterona circulante, impide que ésta ingrese dentro de las células y pueda así ejercer sus efectos", matiza el doctor Romero. Así, el SIM también recibe otras denominaciones: andropausia, para referirse a la declinación de los andrógenos, o climaterio masculino, lo que lo asocia al climaterio femenino.

   Alteraciones en el estado de ánimo también facilitan la aparición del síndrome. "Con el paso de los años, el organismo presenta modificaciones en el aparato digestivo, en el genito-urinario, en el sistema músculo-esquelético* Estas alteraciones a menudo no son bien encajadas por los individuos, generando alteraciones del estado de ánimo y facilitando la aparición del síndrome", revela el doctor Romero.

   Situaciones estresantes, como la pérdida de un ser querido, despidos, accidentes, presiones laborales o muchas horas de trabajo también son capaces de producir una caída de la hormona masculina y pueden empeorar más la situación para el que ya la sufre. Por último, el experto también reconoce que se ha descrito una asociación entre la patología y circunstancias sociales vinculadas a problemas de identidad y roles y que dietas pobres y estilos de vida sedentarios también favorecen la aparición del SIM.

   En efecto, el síndrome de irritabilidad masculina es un cuadro depresivo, según confirma el experto. Sus principales manifestaciones incluyen "nerviosismo e irritabilidad, agitación y temor, letargo y cansancio y bajo humor, ansiedad y depresión". Además, puede manifestarse con la asociación a otros síntomas. "En ocasiones el varón puede encontrarse irritable, frustrado, impaciente, acusador, hostil, con pérdidas de control de la agresividad, rencoroso y presentar debilidad muscular", explica el doctor Romero.

   Asimismo, "puede incrementar el consumo de tabaco, alcohol, medicaciones o automedicación", agrega el experto, que también se refiere a que la depresión puede presentarse con "rabietas, control excesivo de los afectos, impenetrabilidad, sentimientos de fracaso y/o ruina, desesperanza, enojo como una forma de sentirse seguro y refugio en la televisión o los deportes". En el plano sexual también pueden observarse repercusiones. El experto destaca la disminución del deseo sexual, los problemas de erección y el retardo en la eyaculación.

DIFERENCIAS ENTRE HOMBRES Y MUJERES

   Sin embargo, la principal diferencia entre andropausia y menopausia es que, en el caso de los hombres, ellos no experimentan un proceso en el que ciertas hormonas dejen de producirse por completo. "Pero eso no significa que no sufra las consecuencias de hormonas reproductivas bajas. Esto pasa porque a medida que se envejece, el cuerpo comienza a producir menos y menos testosterona; no deja de producirse, pero no hay suficiente para regular los sistemas corporales importantes", diferencia el doctor Romero.

   También a diferencia de las mujeres, los hombres no tienen fluctuaciones hormonales masivas cada mes. No obstante, experimentan cambios: "por las mañanas, los niveles de testosterona son más elevados que por la noche; más en verano que en invierno" y, por supuesto, "tienden a descender a lo largo de la madurez", concluye el doctor Romero.