MADRID 20 Feb. (EUROPA PRESS) -
La anorexia nerviosa afecta tanto a hombres como a mujeres, y los hombres afectados tienen una tasa de mortalidad seis veces mayor que los hombres de la población general, según señalan investigadores canadienses que han analizado los datos disponibles en anteriores esturios para conocer la situación actual de este trastorno alimentario.
Este artículo, publicado en 'CMAJ' ( Canadian Medical Association Journal), tiene como objetivo crear conciencia sobre este trastorno alimentario potencialmente mortal. De esta forma, este trabajo establece varios puntos clave que deben conocerse sobre la anorexia nerviosa en hombres.
El primero es que hasta el 0,3% de los hombres serán diagnosticados con anorexia nerviosa. El estigma, la falta de conocimientos sobre salud mental y los estereotipos de género reducen los comportamientos de búsqueda de ayuda y provocan retrasos en el tratamiento y peores resultados.
Por otra parte, ciertos varones adolescentes corren un mayor riesgo. Por ejemplo, los atletas que practican deportes centrados en el cuerpo y la fuerza, como el ciclismo, la carrera y la lucha, tienen un mayor riesgo de desarrollar el trastorno, al igual que los hombres racial y étnicamente diversos y las personas homosexuales, bisexuales, trans y queer.
En tercer lugar, la detección de objetivos y comportamientos de mejora muscular es importante para evaluar la anorexia nerviosa. Los cambios en la dieta, los vómitos, el ejercicio excesivo y el uso de suplementos y esteroides anabólicos son posibles señales de alerta. La prueba de alimentación orientada a la musculatura es una herramienta que se utiliza para evaluar estos comportamientos alimentarios.
Asimismo, hay que tener en cuenta las complicaciones que pueden poner en peligro la vida. Estas incluyen inestabilidad de los signos vitales, frecuencia cardíaca más lenta de lo normal, anomalías electrolíticas y otras afecciones.
Una historia clínica detallada, un examen físico y análisis de sangre ayudarán a identificar problemas médicos graves y guiar el tratamiento. Finalmente, el trabajo concluye que se recomienda el tratamiento familiar para pacientes ambulatorios. Sin embargo, algunos adolescentes pueden requerir tratamiento en el hospital.