El hipocampo y la amígdala crecen anormalmente en adolescentes con obesidad, investigadores explican los riesgos

Archivo - Imágenes de resonancia magnética de un cerebro
Archivo - Imágenes de resonancia magnética de un cerebro - UNIVERSITY OF MISSOURI - Archivo
Publicado: lunes, 12 mayo 2025 7:59

   MADRID, 12 May. (EUROPA PRESS) -

La adolescencia es una etapa crítica para el desarrollo físico, emocional y neurológico. Sin embargo, ciertos factores silenciosos pueden estar influyendo más de lo que imaginamos en el bienestar futuro de los jóvenes. Un nuevo estudio lanza señales de alerta que invitan a repensar nuestras prioridades en salud pública.

LA ADOLESCENCIA: UNA ETAPA CRÍTICA PARA EL DESARROLLO CEREBRAL

   En el pasado se ha vinculado la obesidad, en particular la abdominal, con cambios en el desarrollo del cerebro, y las regiones clave para la cognición y la regulación de las emociones parecen ser particularmente vulnerables.

    Las desigualdades en materia de salud, como el acceso deficiente a una educación de calidad, a barrios seguros y a alimentos saludables, son factores bien conocidos que contribuyen a los problemas de salud física, pero a menudo se pasa por alto su papel en el desarrollo del cerebro y la cognición.

EL ESTUDIO ABCD: ANÁLISIS DE MÁS DE 3.000 ADOLESCENTES

Para saber más sobre cómo la obesidad y las desigualdades en la salud afectan la estructura cerebral y la cognición, el doctor Augusto César F. De Moraes y sus colegas en los EEUU, Brasil y España analizaron datos de 3.320 participantes en el estudio ABCD, un estudio en curso sobre cómo las experiencias de la infancia afectan el desarrollo y la salud del cerebro.

   Una investigación de la Escuela de Salud Pública de UTHealth Houston en Austin (Estados Unidos) plantea serias preocupaciones sobre el efecto de la obesidad en el desarrollo del cerebro, así como en la memoria, el aprendizaje y el control de las emociones. El trabajo se presenta en el Congreso Europeo sobre Obesidad de este año (ECO 2025), que se celebra en Málaga (España).

   Según el trabajo, varias áreas del cerebro, incluidas regiones que desempeñan un papel fundamental en el aprendizaje, la memoria y el control de las emociones, son más grandes en los adolescentes que viven con obesidad.

34% DE LOS PARTICIPANTES PRESENTABAN OBESIDAD ABDOMINAL

   Los participantes fueron reclutados en ciudades de 17 estados y se les dio seguimiento durante cuatro años, de 2016-2018 a 2020-2022. La edad promedio de los participantes al inicio del estudio era de 9,9 años y el 47,4% eran niñas. Se categorizaron según el estado de obesidad, con una estratificación adicional según la obesidad abdominal (medida mediante la circunferencia de la cintura). Al inicio del estudio, aproximadamente el 34,6% de los participantes presentaban obesidad abdominal.

   Las exploraciones de resonancia magnética estructural evaluaron el volumen de varias regiones cerebrales de la subcorteza del cerebro, incluida la amígdala, el hipocampo, el núcleo caudado, el accumbens, el pálido, el putamen y el tálamo. Las disparidades en la salud se evaluaron utilizando el Índice de Oportunidades Infantiles, que mide las oportunidades de un niño a través de la calidad de las características del vecindario, como la educación, la transitabilidad y el acceso a alimentos saludables y espacios verdes.

RESONANCIAS MUESTRAN AGRANDAMIENTO DEL HIPOCAMPO Y LA AMÍGDALA

   Varias regiones cerebrales eran más grandes en los adolescentes con obesidad abdominal que en sus compañeros sin obesidad abdominal. Los cambios más significativos se observaron en el hipocampo, que participa en la memoria y el aprendizaje, y en la amígdala, que regula o controla las emociones, como el miedo, la felicidad, la ira y la ansiedad. El hipocampo era aproximadamente un 6,6% más grande y la amígdala era aproximadamente un 4,3% más grande en los adolescentes con obesidad abdominal en comparación con los que no la tenían.

   La amígdala era particularmente grande en adolescentes con niveles muy altos de grasa abdominal (una relación cintura-altura de más de 0,5). Esto plantea preocupaciones de que el exceso de grasa corporal afecte la forma en que el cerebro maneja las emociones, dicen los investigadores.

El tálamo (que transmite información sobre el movimiento, la audición, el gusto, la vista y el tacto) y el núcleo caudado (que ayuda a controlar el movimiento) mostraron aumentos más pequeños de tamaño. El estudio también reveló que los adolescentes de zonas con menores oportunidades mostraron un menor desarrollo en regiones cerebrales clave, como el hipocampo, el putamen y la amígdala, en comparación con sus compañeros de zonas con mayores oportunidades.

"Esta diferencia fue aún más pronunciada entre los adolescentes con obesidad abdominal persistente", afirma el doctor De Moraes. "Esto pone de relieve la urgente necesidad de abordar tanto la desigualdad social como los riesgos para la salud para promover no solo el bienestar físico, sino también el desarrollo cerebral saludable en los jóvenes".

CONCLUSIÓN: PREVENIR LA OBESIDAD ADOLESCENTE PROTEGE TAMBIÉN LA SALUD CEREBRAL

   Los autores explican que, en el contexto de un cerebro joven en desarrollo, tanto la disminución como el aumento del crecimiento pueden ser perjudiciales. Por lo tanto, un desarrollo cerebral inferior al normal, como se observa en adolescentes en áreas con menos oportunidades, o áreas cerebrales más grandes de lo normal debido a la inflamación causada por la obesidad, pueden ser perjudiciales.

   El doctor De Moraes concluye: "Nuestros hallazgos sugieren que la obesidad, en particular la abdominal, puede afectar el aprendizaje, la memoria y el control de las emociones de los adolescentes. Me preocupa cómo estos cambios, que se producen a los 13 o 14 años, podrían afectarles más adelante en la vida.

Incluso existe la posibilidad de que tengan un mayor riesgo de sufrir problemas de memoria o demencia a medida que envejecen. Por eso creemos que es tan importante fomentar hábitos más saludables desde el principio, no solo para la salud física, sino también para la salud cerebral. Tratar y prevenir la obesidad adolescente no solo mejorará la salud; también puede mejorar la salud cerebral".

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