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MADRID, 19 Feb. (Infosalus/EP) -
Un trastorno que todo el mundo ha tenido alguna vez en la vida puede tener su origen en algo tan inusual como un pelo en el oído. Estas sacudidas bruscas de aire hacia el exterior frenadas por la glotis pueden ser, sin embargo, síntoma de graves trastornos cuando se presentan de forma persistente.
El hipo consiste en contracciones involuntarias espasmódicas intermitentes del diafragma y de los músculos accesorios de la inspiración que finalizan de forma súbita al cerrar la glotis la salida del aire, dando lugar a un sonido característico. Es un trastorno que todo ser humano puede tener en algún momento a lo largo de la vida sin que suponga repercusión alguna para la salud.
En ocasiones, no obstante, puede ser tan intenso, frecuente e importante como para impedir las actividades cotidianas de un paciente y originarle síntomas de malnutrición grave, insomnio o incluso la reapertura de heridas quirúrgicas.
Según explica a Infosalus Pedro Cañones, responsable del Grupo de Trabajo de Patología del Aparato Digestivo de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) a diferencia de otros reflejos como la tos o el vómito, el hipo no sirve como función protectora y no parece que desempeñe ninguna función fisiológica. Cañones señala que puede ser un vestigio de un reflejo primitivo, dado que se detecta en el feto hacia el tercer trimestre del embarazo y también en algunos mamíferos.
Por su duración el hipo puede clasificarse en agudo, es la denominada crisis de hipo transitoria que dura menos de 48 horas; persistente que se da entre dos días y un mes; e intratable, si dura más de dos meses.
El hipo más habitual que todo el mundo ha padecido en alguna ocasión tiene su origen en el sistema digestivo y se deriva de digestiones pesadas o el consumo de bebidas gaseosas o alcohólicas, así como el tabaquismo. La explicación es que se generan más gases en el organismo que en su ascenso hacia el exterior estimulan las terminaciones nerviosas asociadas al aparato respiratorio y provocan el desajuste entre la respiración y los movimientos del diafragma.
House y el refranero
La sabiduría popular, apunta el facultativo, ya avisa de que el hipo sobre todo el persistente no es buen augurio, así, existe un refrán que dice "El hipo, en el niño para vivir, en el viejo para morir". Así, el hipo persistente es muy común en las fases finales del cáncer de pulmón o en tumores cerebrales y en trastornos digestivos como la hernia de hiato, en la que una parte del estómago atraviesa el diafragma y penetra en la cavidad torácica.
Cañones refiere una anécdota sobre un caso de un paciente con hipo que bien podría haber formado parte de uno de los episodios de 'Doctor House'. Esta persona que sufría un hipo persistente e intratable durante semanas y meses resultó tener un pelo en el conducto auditivo que irritaba al tímpano y con él a las terminaciones nerviosas implicadas en la respiración. El hipo del individuo se detuvo nada más ser extraído el pelo del oído.
Fármacos y remedios caseros
Los fármacos que se utilizan con más frecuencia para frenar el hipo son los que frenan el reflejo de vómito (antiheméticos) y en menor medida algunos tipos de antiepilépticos, aunque debido a sus posibles efectos secundarios no suelen emplearse más que en casos concretos.
En cuanto a los remedios caseros, Cañones señala que el tomar agua podría ayudar a eliminar el hipo dado que al frenar la respiración se puede volver a conseguir la coordinación de los movimientos del esófago y el diafragma cuyo desajuste interviene en estas contracciones involuntarias.