LOGROÑO 25 Nov. (EUROPA PRESS) -
Estar hiperconectado al trabajo incrementa la probabilidad de sufrir depresión, trastornos del sueño, ansiedad, insomnio y bajo bienestar psicológico. Además, las mujeres muy hiperconectadas manifiestan peor salud que los hombres.
Esta afirmación se desprende del informe 'Hiperconectividad y salud mental en el ámbito laboral', elaborado por investigadores de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), el Centro Nacional de Condiciones de Trabajo (CNCT) del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) y la Universidad Miguel Hernández (UMH) a raíz de una encuesta realizada a casi 2.000 personas -en su mayoría mujeres- con modalidades de trabajo presencial, teletrabajo e híbrido, procedentes del sector educativo, sanitario, inmobiliario y financiero.
Los resultados de esta encuesta han hallado una relación entre la hiperconectividad laboral y la disminución del bienestar psicológico, que puede incrementar los niveles de ansiedad y depresión.
Guillermo García, Investigador Principal del Grupo TR3S.i (Trabajo líquido y riesgos emergentes en la sociedad de la información) de UNIR y participante en el estudio, afirma que "el uso intensivo de las TIC en cualquier lugar y cualquier momento favorece situaciones de conectividad permanente y multitarea, lo que genera una urgencia de respuesta que interrumpe los espacios de descanso y representa un caldo de cultivo que puede llevar a situaciones de tecnoestrés".
Estas situaciones pueden desencadenar síntomas moderados o severos de ansiedad generalizada y trastornos depresivos, con importantes consecuencias sobre la salud de las personas.
Aunque el sector educativo es uno de los más hiperconectados, según los resultados, existen otros con mayor probabilidad de sufrir trastornos de ansiedad y depresión, presentando peores índices de bienestar psicológico.
García González, quien también es catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de UNIR, añade que "las nuevas tecnologías han favorecido el ámbito laboral, pero también suponen un desafío para la salud mental. Equilibrar los beneficios tecnológicos con estrategias eficaces para mitigar sus riesgos es esencial para un entorno laboral saludable y sostenible."
Conceptos como el trabajo complementario asistido por tecnología, tecnoinvasión, telepresión o conectividad evidencian el impacto de la conectividad permanente en la salud mental y la capacidad para hacer frente a las situaciones de estrés en la vida cotidiana y laboral. "De ahí que deriven estados de ansiedad, irritabilidad, agotamiento y alteraciones del sueño, pudiendo llegar a aparecer síntomas de depresión o burnout", añade García González.
LAS MUJERES, MÁS HIPERCONECTADAS
Aunque hombres y mujeres presentan niveles similares de hiperconectividad laboral, el impacto en la salud mental no es el mismo. Las mujeres hiperconectadas muestran mayor probabilidad de padecer bajo bienestar psicológico, insomnio, ansiedad y síntomas depresivos.
El estudio señala que esta diferencia de género se agrava por factores psicosociales, principalmente la dificultad de conciliar la vida laboral y familiar.
Esta carga adicional actúa como un factor de riesgo que puede intensificar los efectos negativos de la hiperconectividad laboral en la salud mental femenina. Además, el insomnio, comúnmente asociado con la ansiedad y la depresión, actúa como desencadenante y consecuencia, mediando entre el estrés y los trastornos mentales.
MÁS HIPERCONECTADO CON LA EDAD
Otro de los hallazgos del estudio es que el perfil de personas "muy hiperconectadas" aumenta con la edad. El uso intensivo de las de TIC, el trabajo híbrido y tener responsabilidades familiares son factores que lo fomentan.
"La relación entre edad e hiperconectividad se asocia con la preferencia por el teletrabajo o esquemas híbridos en trabajadores de entre 35 y 49 años, que suelen tener responsabilidades familiares, lo que les lleva a estar más conectados fuera del horario laboral", explica Guillermo García.
A pesar de esto, no se encontraron diferencias significativas por edad en los niveles de insomnio. Esto puede explicarse por el nivel de hiperconectividad de los jóvenes fuera del ámbito laboral. Según explica Guillermo García, "los más jóvenes, aunque menos conectados por trabajo, mantienen niveles altos de conexión personal durante su tiempo libre por las redes sociales u otros dispositivos, prolongando el tiempo de exposición y afectando igualmente el sueño".
TRABAJOS HÍBRIDOS: PRESENTE Y FUTURO
Se observa que las organizaciones con políticas de desconexión digital reducen el grado de hiperconectividad de su trabajadores/as y por tanto, mejorarían su bienestar laboral.
Sin embargo, los empleados que, pese a contar con estas políticas, no las cumplen, incrementan su hiperconectividad, lo que subraya la necesidad de una responsabilidad compartida: organizacional e individual.
Uno de los efectos más visibles de la digitalización es el aumento de la autonomía y flexibilidad, lo que sugiere un crecimiento futuro del trabajo híbrido. Según datos de Adecco (2024), el 13,6 por ciento de la población ocupada en España teletrabaja, aún por debajo del promedio de la Unión Europea (24,1 por ciento), lo que indica una tendencia al alza.
En este contexto, el CNCT propone medidas para cumplir con la Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo 2023-2027, que incluye la prevención de riesgos emergentes, como los derivados de la digitalización.
"Entre los objetivos estratégicos se encuentra la gestión del cambio en las nuevas formas de organización del trabajo. Se presta especial atención a los riesgos psicosociales y la salud mental de los trabajadores", destaca García González.
MEDIDAS Y RECOMENDACIONES PARA EVITAR EL TECNOESTRÉS EN EL TRABAJO
Los investigadores y participantes del estudio recogen una serie de recomendaciones a nivel normativo, de organización e individual para combatir la hiperconectividad laboral y sus consecuencias negativas.
- Legislación: Garantizar el derecho a la desconexión tal y como establece el artículo 88 de la Ley Orgánica 3/2018 de Protección de Datos Personales y Garantía de los Derechos Digitales (LOPDGDD).
- Conciliación: Fomentar medidas como el trabajo parcial, permisos por razones familiares o médicas y servicios de guardería.
- Buenas prácticas: No revisar correos fuera del horario laboral y limitar el uso de aplicaciones de mensajería con fines laborales.
- Formación y sensibilización: Informar a los trabajadores sobre los efectos del uso continuo de la tecnología y promover políticas organizacionales claras.
- Detox digital: Fomentar hábitos saludables como el ejercicio, evitar pantallas antes de dormir y mantener rutinas de sueño.
- Apoyo psicológico: Implementar intervenciones como técnicas de relajación, meditación o terapias cognitivo-conductuales antes de recurrir a medicación.
En este estudio participó el equipo de investigación de investigación TR3S-i de UNIR, Guillermo García González, Eva González Menéndez, María Jesús López González, Fermín Torrano, Mª Luz Aránzazu García González; de la UMH, María Dolores Marhuenda Amorós, así como investigadores del Centro Nacional de Condiciones de Trabajo del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo.