MADRID 5 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los hijos de padres con algún trastorno psíquico representan una de las poblaciones de mayor riesgo de desarrollar problemas psiquiátricos y sociales, pues la enfermedad mental de los progenitores durante la infancia y niñez temprana puede conducir al desarrollo de desajustes emocionales y conductuales en períodos posteriores de la vida si no existe una adecuada atención a la familia.
Para proporcionar la seguridad del afecto, el apoyo social de la familia y el apoyo profesional, que reducen significativamente los riesgos, la Fundación Manantial y Obra Social Caja Madrid cuentan con el proyecto llamado 'La Casa Verde', un programa de apoyo, prevención y seguimiento para hijos de personas con trastorno mental de entre cero y cinco años, dirigido también a madres embarazadas, con el objetivo de compensar los posibles déficits durante la crianza y procurarles una mejor calidad de vida, según han informado las dos fundaciones.
Un estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid, en colaboración con Fundación Manantial (FM), proporciona algunos datos sobre la situación de 206 menores, hijos de 60 personas atendidas en la Red de Atención Social a Personas con Enfermedad Mental de la Comunidad de Madrid, como que el 65 por ciento de la personas con enfermedad mental tuvo hijos después de que comenzaran a desarrollarla. El 42 por ciento de los hijos no sabe que los padres tienen un trastorno psíquico y, además, el 70 por ciento de los pacientes no habla de ello con sus hijos. El 50 por ciento de los hijos estudiados no vivía con sus padres y casi el 30 por ciento lo hacía en instituciones o en acogimiento, situación que aumenta si son las madres las que padecen la enfermedad.
El perfil más común de estos pacientes con hijos a su cargo es una mujer de entre 41 y 50 años, soltera, casada o divorciada, con ingresos propios procedentes de pensión no contributiva, con una declaración de minusvalía del 65 por ciento, con un diagnóstico de esquizofrenia o trastorno de personalidad y con dos hijos cuya media de edad es de 10 años.
Por ello, se hace necesario un trabajo de apoyo y seguimiento más específicos que permita la crianza de los hijos por sus madres y padres con enfermedad mental, o bien la separación en aquellos casos en los que no sea posible, pero siempre facilitando un ambiente de estabilidad y afectividad para evitar que los hijos desarrollen, posteriormente, problemas psiquiátricos y sociales, según ha indicado María Fernanda Ayán, directora del Área de Acción Social de Obra Social Caja Madrid.