MADRID, 30 Jun. (EUROPA PRESS) -
La depresión no es solo cosa de adultos. Se estima que entre el 1% y el 2% de los niños menores de 13 años en Estados Unidos la padecen, y puede manifestarse desde los tres años. Aunque a menudo pasa desapercibida, esta afección puede afectar profundamente el desarrollo emocional y social de los más pequeños.
Irritabilidad constante, tristeza prolongada, falta de interés por el juego y problemas de sueño son algunos de los síntomas que pueden alertar a padres y cuidadores sobre un trastorno que requiere atención temprana para evitar consecuencias a largo plazo.
La depresión puede surgir a los 3 años. Una intervención terapéutica especializada puede ayudar a los niños en edad preescolar a encontrar alivio de esta afección, con beneficios que duran al menos cuatro años, según un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis (Estados Unidos).
Los resultados se publican en el 'Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry'. Los investigadores, dirigidos por la doctora Joan Luby, profesora de psiquiatría Samuel y Mae S. Ludwig en WashU Medicine, y la doctora Mei Elansary, pediatra especialista en desarrollo conductual del Boston Medical Center, midieron los efectos a largo plazo de una intervención diádica (padre-hijo) de 18 semanas de duración, desarrollada por Luby.
Descubrieron que el tratamiento era eficaz para lograr una remisión a largo plazo en la mayoría de los niños. Luby y Elansary también descubrieron que los niños en remisión presentaban tasas más bajas de servicios de salud mental y uso de medicación psiquiátrica, en comparación con los niños que no lograron la remisión de la depresión después del tratamiento.
"Lo mejor de esta terapia es que es una terapia de interacción padre-hijo a corto plazo, impartida por un profesional clínico con maestría, por lo que es muy accesible, de muy bajo riesgo y, literalmente, está cambiando la trayectoria de la salud mental en cuatro años", destaca Luby, quien también dirige el Programa de Desarrollo Emocional Temprano del Departamento de Psiquiatría de WashU Medicine. "Desde una perspectiva de salud pública, es una excelente inversión inicial y, en términos de retorno de la inversión, es enorme".
LA TERAPIA DE INTERACCIÓN PADRE-HIJO-DESARROLLO EMOCIONAL
La Terapia de Interacción Padre-Hijo-Desarrollo Emocional (PCIT-ED), desarrollada y aplicada por Luby en este estudio, es la primera y única intervención psicoterapéutica diseñada para tratar la depresión en preescolares que se ha probado rigurosamente en un ensayo a gran escala. La PCIT-ED es una modificación de la PCIT, una intervención estándar para el tratamiento de niños con dificultades de conducta.
En la PCIT-ED, los terapeutas asesoran a los cuidadores en interacciones en tiempo real con sus hijos, ayudándolos a reforzar conductas positivas, desarrollar habilidades parentales efectivas y crear un entorno de apoyo y cuidado. El enfoque se centra en mejorar la conciencia y la expresión emocional del niño, fomentar una relación segura entre padres e hijos y mitigar los primeros síntomas de depresión.
Trabajos previos del equipo de Luby han demostrado que los niños que recibieron PCIT-ED tuvieron tasas de remisión del 73% tras la intervención de 18 semanas, en comparación con el 23% de los niños en lista de espera. Varios meses después del tratamiento, la gran mayoría de los niños permanecieron en remisión .
Este último estudio es el primer seguimiento que examina los efectos a largo plazo de la PCIT-ED en niños y sus familias. Incluyó a 105 niños que recibieron un tratamiento completo de PCIT-ED en el ensayo anterior y fueron reevaluados cuatro años después de finalizar el tratamiento, cuando tenían entre 8 y 12 años.
Para medir la depresión, los investigadores realizaron entrevistas diagnósticas con los niños y sus cuidadores principales. Los entrevistadores evaluaron los síntomas del trastorno depresivo mayor, como culpa, tristeza, agresividad y trastornos del sueño. También analizaron otras características familiares, como las estrategias de crianza y si los cuidadores presentaban depresión.
Descubrieron que el 57% de los niños de 3 a 7 años con trastorno depresivo mayor estaban en remisión cuatro años después, sin ninguna sesión de seguimiento o refuerzo. "Una de las razones por las que esta terapia tiene una eficacia tan duradera es porque entrena a los padres a interactuar de forma diferente con el niño en el ámbito emocional", comenta Luby.
"Después de terminar el tratamiento, los padres continúan interactuando con el niño con mayor sensibilidad, y eso se convierte en un atractivo para él. Lo cierto es que no hay nada que un niño desee más que un cuidador que lo valide y lo apoye. Es como los cimientos de una casa. Sobre eso se construye todo".
Los hallazgos subrayan la importancia del diagnóstico y la intervención temprana en niños pequeños con depresión, desarrolla Elansary, quien también es profesora adjunta de pediatría en la Facultad de Medicina Chobanian y Avedisian de la Universidad de Boston (Estados Unidos). "Nuestros resultados ofrecen evidencia prometedora de que la PCIT-ED puede reducir el riesgo de futuros problemas de salud mental en la preadolescencia", señala.
"Quizás lo más sorprendente es que los niños que lograron la remisión requirieron un uso significativamente menor de psicofármacos y servicios intensivos de salud mental, lo que sugiere una trayectoria más favorable a largo plazo", señala.
Además, los padres de niños preadolescentes en remisión informaron menos estrés parental en el estudio de seguimiento de Luby y Elansary, lo que destaca los beneficios holísticos para la familia.