MADRID 11 Jul. (EUROPA PRESS) -
La llegada del verano supone que los más pequeños del hogar abandonen sus rutinas escolares, tengan planes al aire libre y una dieta que suele incluir más helados, refrescos o dulces; así como la relajación de horarios y desplazamientos frecuentes, que provoca un aumento del descuido de hábitos esenciales que pueden dañar su salud bucodental.
En este sentido, el Técnico Asistencial, Innovación y Calidad de Sanitas Dental, Michelle Pawly, afirma que cuando se relajan los hábitos de higiene bucodental, el riesgo de caries, inflamación de encías o mal aliento aumenta "considerablemente". La combinación de una mayor ingesta de azúcar y un cepillado menos frecuente crea el entorno perfecto para que las bacterias se acumulen y afecten tanto a los dientes como a las encías.
Además, el especialista añade que si no se corrige a tiempo, estos problemas pueden derivar en inflamación de las encías y caries que finalmente deriven en infecciones que requieran tratamiento y generar molestias que podrían haberse evitado con rutinas sencillas.
RECOMENDACIONES
Ante esta realidad, para ayudar a que los más pequeños mantengan su salud bucodental durante los meses de verano, el grupo de especialistas de Sanitas Dental recomiendan:
- Cepillado nocturno "innegociable": por la noche la producción de saliva disminuye, lo que hace que las bacterias se multipliquen y el esmalte quede indefenso. Por ello, es "fundamental" lavarse los dientes antes de dormir para eliminar los restos de comida y la placa acumulada durante el día.
- Incluir un kit dental en la mochila: este kit permite garantizar el cepillado en campamentos, excursiones o planes fuera del hogar. Enseñar a los niños a usarlo refuerza su autonomía y su sentido de responsabilidad. Lo "ideal" es que esté compuesto por un cepillo, pasta fluorada e hilo dental.
- Consumir snacks saludables: sustituir los polos o helados industriales por yogur o fruta es recomendable para reducir los azúcares libres y ácidos. También proponen ofrecer frutos secos, queso o palitos de verduras para picar entre horas, manteniendo así la masticación activa y protegiendo el esmalte.
- Evitar zumos en biberones o tetinas de chupete: los zumos y bebidas azucaradas, especialmente si se administran en biberones o tetinas, favorecen el contacto prolongado del azúcar con los dientes, lo que incrementa el riesgo de caries, incluso en bebés. Por ello, la mejor opción para calmar la sed durante el verano es el agua, la cual debe ofrecerse a los más pequeños con frecuencia, pues hidrata sin dañar el esmalte ni alterar la flora oral.
- No olvidar el protector labial con filtro solar: la exposición solar prolongada en verano puede dañar los labios y provocar irritaciones. Por lo tanto, aplicar un bálsamo labial con protección solar mantiene la hidratación y protege esta zona sensible, completando el cuidado bucal integral.
- Revisión bucodental antes y después del verano: una visita al dentista antes de las vacaciones permite detectar posibles problemas como caries incipientes, inflamaciones o sensibilidad que podrían empeorar con el cambio de hábitos y alimentación estival.
Por otra parte, una segunda revisión tras regresar ayuda a identificar cualquier daño causado por helados, bebidas azucaradas o una higiene irregular durante las vacaciones, permitiendo actuar a tiempo para evitar complicaciones mayores.