Hígado graso no alcohólico, una enfermedad frecuente en diabetes tipo 2

Diabetes, insulina
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Actualizado: viernes, 20 abril 2018 11:10

   El 20% de las personas con diabetes muestran una fibrosis hepática "muy importante"

   MADRID, 20 Abr. (EUROPA PRESS) -

   Un 70 por ciento de las personas con diabetes tipo 2 tiene un hígado graso no alcohólico, lo que aumenta el riesgo de cirrosis, cáncer hepático y de enfermedad cardiovascular, entre otras enfermedades, según el jefe de la división de Endocrinología, Diabetes y Metabolismo de la Universidad de Florida, EE.UU, Kenneth Cusi.

   Así, lo ha manifestado durante el XXIX Congreso Nacional de la Sociedad Española de Diabetes (SED), donde además ha señalado que "el hígado graso es una de las complicaciones más habituales de la diabetes".

   A su vez, se estima que el 20 por ciento de las personas con diabetes muestran una fibrosis hepática "muy importante, con alto riesgo de desarrollar cirrosis", han explicado desde la entidad.

   Por lo que, la vinculación entre hígado graso y diabetes, según detalla el profesor Cusi, "se explica sobre todo por la asociación que hay entre la diabetes y trastornos tales como la obesidad, la resistencia a la insulina y otros riesgos metabólicos".

SOLUCIONES

    "Lógicamente la mejor solución para evitar esta correlación entre hígado graso y diabetes pasa por adoptar hábitos saludables para reducir la obesidad y el sedentarismo", ha indicado este experto.

   Aparte de un buen estilo de vida, en los últimos años se han ido acumulando "evidencias positivas sobre el efecto que pueden tener algunas terapias farmacológicas en el abordaje del hígado graso no alcohólico, según han señalado desde la sociedad.

   Así, por ejemplo, "la pioglitazona revierte el hígado graso no alcohólico en un 60 u 70 por ciento de los pacientes", ha asegura el profesor, quien ha resaltado también una ventaja económica importante de este fármaco, y es que "en muchos países tiene un coste muy bajo por ser un genérico", unos 5 o 15 dólares el mes en Estados Unidos.

   La pioglitazona va a ser para el hígado graso no alcohólico, "como la metformina para la diabetes tipo 2: una medicación de base", a la cual se le pueden asociar otros fármacos en investigación, según el experto.

   Entre sus efectos adversos principales, se ha documentado que la administración de la pioglitazona ocasiona aumento de peso, 2-4 kilogramos, y edema, en 5-8 por ciento; se trata generalmente de eventos secundarios reversibles, si se disminuye la dosis o se discontinúa el tratamiento, han señalado los diabéticos, según la SED.

   Por su parte, la liraglutida también ha mostrado efectos positivos en el manejo del hígado graso en diabéticos. Y la vitamina E cuenta con resultados positivos en HGNA de personas sin diabetes, han asegurado.

VARIABILIDAD GLUCÉMICA Y COMPLICACIONES EN LA DIABETES

   Otro de los expertos que ha participado en el congreso es el doctor Irl B. Hirsch, profesor en la Universidad Washington Med Ctr-Roosevelt, de Seattle, quien ha señalado que "aunque ya hay datos provocativos que apoyan la idea de que la variabilidad glucémica contribuye a la aparición de las complicaciones micro y macrovasculares, no se dispone aún de datos definitivos al respecto debido a la dificultad para diseñar estudios específicos en este ámbito".

   La excepción son las consistentes evidencias disponibles sobre el impacto de la variabilidad glucémica en las complicaciones del embarazo, "donde los datos son convincentes", ha manifestado.

    A su juicio, "cada día conocemos mejor por qué, cuándo y cómo se producen, en gran parte debido al empleo de la monitorización continua de la glucosa"; sin embargo, advierte, "esta tecnología se utiliza en sólo el 29 por ciento de la población, según se desprende del T1D Exchange Clinic Registry".

   En los Estados Unidos, al menos, "la hipoglucemia se ha convertido en un evento algo más visible, sobre todo gracias a la información que procura la tecnología de monitorización continua de la glucosa".

EDUCACIÓN EN DIABETES

   "Trabajar con programas de atención y educación terapéutica permite estandarizar los cuidados asistenciales y educativos de base para poder personalizar y pactar objetivos a nivel individual", ha declarado Mercè Vidal, enfermera experta en diabetes y educación terapéutica del Hospital Clinic de Barcelona.

   Pero, además, "evaluar estos programas permite objetivar resultados y modificar ciertos aspectos susceptibles de mejora", indica esta experta, quien reconoce las dificultades particulares que presenta lidiar con la DM1 en un momento tan crucial de la vida como la adolescencia.

   En el programa dirigido a jóvenes trasladados de centros pediátricos a centros de adultos, la concepción es similar en cuánto a la preocupación del joven y de los padres ante el cambio de centro y de profesionales.

   El reto es conseguir los mejores resultados de salud para los jóvenes con DM1. En palabras de Mercè Vidal, "los profesionales sanitarios debemos ser capaces de buscar la motivación y la implicación del joven en la autogestión del tratamiento".

   En este sentido, informa, "en nuestra práctica clínica recientemente hemos introducido un nuevo aspecto, que es tratar de conocer la experiencia del paciente y familia previa al traslado y un año después de realizar el programa de atención y educación terapéutica en el nuevo centro de adultos".

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