MADRID, 8 Oct. (EUROPA PRESS) -
Una herramienta avanzada de inteligencia artificial ha logrado detectar pequeñas lesiones cerebrales que causan epilepsia grave en niños, lo que permite un diagnóstico más rápido, un tratamiento más preciso y una posible cura, según un nuevo estudio desarrollado por un equipo del Instituto de Investigación Infantil Murdoch (MCRI) y el Royal Children's Hospital (RCH), ambos en Australia.
En concreto, el "detective de epilepsia de IA" puede encontrar lesiones (displasias corticales focales) del tamaño de un arándano, en hasta el 94 por ciento de los casos con el apoyo de imágenes médicas, según se publica en 'Epilepsia'.
Emma Macdonald-Laurs neuróloga del RCH y del MCRI, quien dirigió el equipo que creó el detector, expone que un diagnóstico más preciso de la displasia cortical conduciría a derivaciones más rápidas para cirugía de epilepsia, menos convulsiones y mejores resultados de desarrollo a largo plazo. "Identificar la causa a tiempo nos permite adaptar las opciones de tratamiento y ayuda a los neurocirujanos a planificar y gestionar la cirugía", subraya.
"Con imágenes más precisas, los neurocirujanos pueden desarrollar una estrategia quirúrgica más segura para evitar la afectación de vasos sanguíneos y regiones cerebrales importantes que controlan el habla, el pensamiento y el movimiento, y la extirpación de tejido cerebral sano. Los niños también evitan la necesidad de someterse a pruebas invasivas".
El estudio dirigido por el MCRI involucró a 71 niños del RCH y 23 adultos con displasia cortical y epilepsia focal, que causa convulsiones recurrentes. Antes de utilizar la inteligencia artificial, el estudio reveló que el 80% de los pacientes no habían recibido el diagnóstico tras el examen humano de los resultados de su resonancia magnética.
Se utilizaron resonancias magnéticas y tomografías por emisión de positrones con FDG (FDG-PET) para entrenar el detector. Los niños se dividieron en cohortes de entrenamiento y de prueba. Se utilizó un grupo separado de exploraciones en adultos para una validación adicional del rendimiento del detector.
Utilizando información de resonancias magnéticas y tomografías por emisión de positrones (PET), el mejor resultado se registró en la cohorte de prueba, con una tasa de éxito del 94%. De los 17 niños del grupo de prueba, 12 se sometieron a cirugía y 11 ya no presentan convulsiones.
Aproximadamente uno de cada 200 niños padece epilepsia. Las displasias corticales, que se desarrollan durante el embarazo, son una causa frecuente de convulsiones resistentes a los fármacos. "Las convulsiones suelen comenzar de repente durante los años preescolares o los primeros años escolares antes de aumentar a varias veces al día", recuerda Macdonald-Laurs.
Los niños a menudo necesitan acudir a urgencias o ser ingresados en el hospital para recibir tratamiento. Con el tiempo, las convulsiones frecuentes afectan el comportamiento, el estado de ánimo y la capacidad de aprendizaje del niño. "Sin embargo, la epilepsia debida a displasia cortical puede mejorarse o curarse con cirugía de epilepsia si se puede localizar y extirpar el tejido cerebral anormal", apunta la experta.
Pero la doctora Macdonald-Laurs insiste en que las displasias corticales eran difíciles de detectar en resonancias magnéticas de rutina, y que menos de la mitad se reconocían en la primera exploración de un niño. "Las displasias corticales pueden ser imposibles de identificar con las técnicas tradicionales de resonancia magnética", asegura. "No localizar el tejido anormal retrasa el diagnóstico definitivo y puede impedir que un niño sea derivado a una cirugía de epilepsia potencialmente curativa.
"Cuanto más tiempo siga un niño teniendo convulsiones incontroladas, más probabilidades tendrá de desarrollar dificultades de aprendizaje, incluida discapacidad intelectual", concluye.