MADRID 27 Mar. (EUROPA PRESS) -
La infección del virus C de la hepatitis se ha convertido en la principal causa de muerte en los afectados por el VIH, "la primera causa no estrictamente relacionada" con la enfermedad, según explicó el jefe de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, el doctor Santiago Moreno.
A los largo de los últimos años se ha producido un incremento considerable de pacientes infectados por VIH que reciben tratamiento para la hepatitis C, el principal motivo radica en que "cualquier especialista que trabaja con pacientes infectados por VIH está sensibilizado con la hepatopatía crónica por virus C", advirtió.
Por otra parte, Moreno, que será el coordinador de la IV Reunión de Actualización de la Co-Infección VIH/VHC, que se celebra este fin de semana en Madrid, señaló que, a pesar de que el tratamiento antirretroviral ha permitido prolongar la supervivencia y mejorar la calidad de vida de los pacientes infectados por VIH, no ha logrado impedir que en pacientes infectados por el virus C, la enfermedad hepática progrese y, en determinados casos, cause la muerte del paciente.
En la actualidad hay tres cuestiones clave en torno a las pautas de tratamiento para los pacientes co-infectados: cuándo iniciar el tratamiento, cuál es la duración óptima y cómo lograr adherencia al mismo por parte de estos pacientes, en función de diversos factores, tales como el genotipo, la carga viral y el grado de fibrosis.
La mayoría de los expertos coinciden en que el inicio del tratamiento debe ser tan precoz como sea posible tras el diagnóstico. En este sentido, el jefe del servicio de Enfermedades Infecciosas en el Hospital Universitario San Cecilio de Granada, el doctor José Hernández Queró, afirmó que es necesario, "si se puede, incluso antes de que comience el tratamiento antirretroviral, con el fin de evitar interacciones y mayor número de efectos adversos".
AJUSTAR EL TRATAMIENTO "CLAVE"
En cuanto a la duración óptima del tratamiento en pacientes coinfectados, los expertos consideran que "ajustar la duración del tratamiento a la cinética vírica es clave". Al respecto, el médico de la Sección de Enfermedades Infecciosas del Hospital de Valme de Sevilla, el doctor Juan Antonio Pineda, señala que "los pacientes con genotipo 1 ó 4 respondedores lentos pueden beneficiarse de tratamientos de 72 semanas, en tanto que los portadores de genotipo 2 ó 3, con respuesta viral rápida, probablemente no necesitan más de 24 semanas de tratamiento".
No obstante, hay que tener en cuenta que la cinética de aclaramiento del VHC en pacientes coinfectados es más lenta que en monoinfectados. De todas formas, "todavía no existen ensayos clínicos con pacientes coinfectados que comparen los resultados de las estrategias de prolongación de tratamiento con la terapia estándar", indicó Pineda.