Hay una razón científica que explica por qué se nos puede olvidar un niño dentro de un coche

Archivo - Coche aparcado, niño
Archivo - Coche aparcado, niño - MARTINGARRI/FLIKR - Archivo
Publicado: martes, 11 julio 2023 8:34

MADRID, 11 Jul. (EUROPA PRESS) -

Cada verano se registran muertes de niños pequeños en España por golpe de calor, después de que un adulto los haya olvidado en un coche. Si bien no es posible aportar cifras concretas en España porque no hay un registro de incidentes de este tipo, en Estados Unidos han muerto unos 496 niños desde 1998 por insolación vehicular pediátrica debido a que su cuidador olvidó que estaban en el coche, según datos recientes de 'NoHeatStroke.org'.

Ahora, investigadores de la Universidad de Notre Dame, en Estados Unidos, se han propuesto entender cómo y por qué es posible este tipo de olvido.

Nathan Rose, catedrático especializado en Cerebro, Comportamiento y Cognición en el Departamento de Psicología de dicha universidad, ha puesto en marcha un experimento para comprender mejor este lapsus en lo que los investigadores denominan memoria prospectiva, o la capacidad de recordar comportamientos críticos pero rutinarios, como apagar el horno al salir de casa por la mañana.

En un estudio publicado recientemente en la revista 'Journal of Applied Research in Memory and Cognition', Rose y las doctorandas Abigail Doolen y Andrea O'Rear diseñaron un procedimiento naturalista para medir si los estudiantes universitarios podían olvidar sus teléfonos móviles, algo a lo que la mayoría están muy apegados y que podría tener graves consecuencias para ellos en caso de olvido. Sus "bebés", por así decirlo.

Los investigadores tomaron los teléfonos móviles de 192 estudiantes de Notre Dame mientras participaban en un experimento no relacionado y examinaron la frecuencia con la que los estudiantes se olvidaban de coger su teléfono cuando salían del laboratorio al final del experimento, y si importaba si se les daban recordatorios explícitos para coger el teléfono una vez finalizado el experimento.

Para el estudio, también se les dio a los estudiantes rastreadores de actividad para colocar en la parte posterior de sus cinturones. A un grupo se le recordó que pidiera el móvil y devolviera el rastreador al terminar; al otro grupo, no.

Cuando los estudiantes terminaron el experimento, se les informó de lo sucedido y se les guió hasta la salida, mientras los experimentadores fingían que seguían con sus actividades habituales, observando si los participantes se acordaban de coger el móvil o devolver el rastreador y cuándo lo hacían.

Alrededor del 7 por ciento de los estudiantes olvidaron sus móviles sin el recordatorio, frente a casi el 5 por ciento de los que sí lo recibieron. Casi el 18 por ciento de cualquiera de las dos categorías olvidó devolver el rastreador.

Los investigadores descubrieron que el olvido se produce cuando las señales del entorno no logran activar el recuerdo de la intención en el momento adecuado, y la intención se pierde en la confusión, según ha explicado Rose. También descubrieron que los errores de memoria prospectiva pueden ocurrirle a cualquiera.

"Se procesan de forma más automática, por lo que uno puede perderse en sus pensamientos porque su comportamiento viene determinado por el entorno", explica Rose. "No es que olvides qué es lo que se supone que tienes que hacer; simplemente te olvidas de hacerlo en el momento adecuado", ha afirmado.

Los estudiantes se olvidaron de las señales del entorno que les recordaban que debían coger el teléfono o devolver el rastreador, y lo mismo les ocurre a los padres que conducen hacia el trabajo o hacen recados con un bebé en el asiento trasero, según la teoría de los investigadores.

Antes de que en la década de 1990 se promulgaran leyes que obligaban a colocar las sillas de seguridad mirando hacia atrás en el asiento trasero, no era habitual olvidarse a los bebés en el coche. "La ausencia de señales visuales y auditivas destacadas de un niño que duerme en el asiento trasero crea un escenario propicio para olvidar que el niño está en el coche", han argumentado los investigadores.

Según Rose, si uno de los padres lleva al niño en el coche pero no suele ser el cuidador que realiza esa actividad, y entra en la rutina y el patrón establecido de conducir al trabajo, puede olvidar que el niño está allí.

Rose ha explicado que los errores de memoria se producen con la misma frecuencia entre hombres y mujeres. "Cuando se habla de bebés olvidados, la gente suele hacer suposiciones sobre quién olvida a sus bebés, quiénes son los cuidadores", ha apuntado Rose. "Y no hay pruebas que apoyen la idea de que los hombres son más propensos a cometer este tipo de errores que las mujeres, o viceversa", ha comentado.

Rose y sus coautores creen que esta investigación puede tener "serias implicaciones" a la hora de exonerar a los padres que por error olvidan sacar a sus hijos de los asientos del coche, lo que provoca su muerte.

"Este estudio debería ayudar a informar al público y al sistema judicial sobre lo que provoca y lo que no provoca que se produzcan estos errores de memoria, incluso los que tienen consecuencias trágicas", han concluido los investigadores.