MADRID 29 May. (EUROPA PRESS) -
El coordinador del Grupo de Trabajo de Riesgo Vascular de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), Luis Castilla, advierte que "hay que vigilar y legislar para que los vapeadores no sean la puerta de entrada al tabaquismo en los jóvenes, ya que ahora lo son", durante la XXI Reunión del Grupo de Trabajo de Riesgo Vascular de la SEMI, en la que se ha presentado el Documento de Consenso de Tabaquismo y Riesgo Vascular.
En este sentido, ha afirmado su posicionamiento frontal contra el tabaquismo y ha animado a luchar frente a este "desde todos los ángulos posibles". El experto ha señalado que el problema "es complejo, y requiere un enfoque preventivo y multidisciplinar", ya que el tabaquismo "no solo implica el tabaco de combustión, sino también otros productos alternativos como los cigarrillos electrónicos o vapeadores, no exentos de riesgo".
El especialista en Hipertensión y catedrático de Riesgo Cardiovascular de la Universidad Católica de Murcia, José Abellán Alemán, propone una estrategia "basada en la gestión del daño por tabaquismo y apoyada en productos con ausencia de combustión con el cambio total a productos sin humo". Esto ha ocurrido en Suecia, el primer país europeo libre de humo con un 4,8 por ciento de fumadores de combustión y con una reducción del cáncer de pulmón en las últimas décadas del 43 por ciento.
Para la deshabituación tabáquica, a todo fumador deberá valorársele: su dependencia física a la nicotina, la dependencia social y psicológica, su grado de motivación para abandonar el hábito, las probabilidades de éxito de las terapias y la etapa evolutiva del cambio de conducta.
En este aspecto, "es importante la colaboración multidisciplinar" de médicos, enfermeros, psicólogos, entre otros profesionales. Existen tratamientos farmacológicos eficaces para la deshabituación tabáquica. Asimismo, se aconsejan los combinados cuando la dependencia del fumador es elevada o la estrategia basada en la gestión del daño por tabaquismo si no se consigue dejar el tabaco.
CONCLUSIONES DEL DOCUMENTO DE CONSENSO
La primera de las conclusiones en este documento es que el tabaquismo "es un factor potenciador del riesgo cardiovascular", al ser un agente patógeno para el desarrollo de arteriosclerosis, sustrato básico común de la enfermedad cardiovascular y la principal causa de muerte prevenible en el mundo. Además, está íntimamente ligado al desarrollo de cardiopatía isquémica, el ictus y la arteriopatía periférica.
Por otro lado, según el documento, "la evidencia actual consolida al tabaquismo como una enfermedad en sí misma, adictiva, crónica, incapacitante, mortal y, afortunadamente, tratable".
Asimismo, el documento advierte que la nicotina, el monóxido de carbono y el cadmio "alteran los mecanismos de regulación de la presión arterial y contribuyen al desarrollo y mantenimiento de la HTA". Además, el tabaquismo "conlleva riesgo de enfermedades pulmonares crónicas" como la EPOC y cánceres de pulmón, genitales femeninos, laringe, orofaringe, vejiga, boca, esófago, estómago, hígado y vías biliares.