MADRID, 1 May. (INFOSALUS) -
El síncope es una situación clínica de pérdida de conciencia, de aparición brusca y recuperación espontánea que no deja secuelas cuando su origen no es neurológico. Es el resultado de una falta de riego sanguíneo y por tanto de un aporte de oxígeno al cerebro.
Según explica a Infosalus el doctor Francisco Javier Alonso, coordinador del Grupo de Trabajo de Hipertensión Arterial de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), el síncope no es infrecuente y se estima que entre un 30% y un 40% de las personas pueden sufrir un síncope a lo largo de su vida, un episodio que puede o no repetirse.
Los pacientes suelen solicitar la valoración por parte del médico porque les produce miedo aunque no tiene porqué revestir gravedad ya que en la mayoría de los casos se trata de síncopes benignos.
"Existen dos rangos de edad en los que es más frecuente que se produzca un síncope, en jóvenes de entre 14 y 21 años, en los que suele ser benigno, y en mayores de 60 a 65 años, en los que puede ser una entidad más importante pues puede tratarse de problemas cardiacos o una hipotensión brusca por la falta de aporte sanguíneo", explica el doctor Alonso.
En los más jóvenes suelen ser síncopes reflejos ya que son síncopes vasovagales que ocasionan desmayos ante factores desencadenantes que aumentan la actividad nerviosa, son así reflejos nerviosos. Se producen por estrés o ansiedad cuando los jóvenes se van a someter a un análisis sanguíneo, van al dentista, ven sangre o sienten un exceso de calor. Son situaciones que se repiten por lo que los síncopes también pueden volver a producirse.
En los adultos mayores, los ocasionados por una hipotensión brusca se deben a cifras de tensión bajas que pueden deberse a estar mucho tiempo de pie, pasar de estar sentado o tumbado a la posición vertical demasiado rápido o bien tomar una medicación antihipertensiva, antidepresivos o anti-arrítmicos. También una gastroenteritis en verano con la consecuente pérdida de líquidos o el embarazo pueden ocasionar este tipo de síncopes.
¿BENIGNO O UN INDICADOR DE UN PROBLEMA DE SALUD?
Los criterios que hacen pensar que un síncope es benigno es que se presenta ante una situación estresante que se repite y a la posibilidad de anticiparlos a través de indicios como la sudoración o el mareo.
Un síncope podría tener un origen más grave si se produce en reposo o por un esfuerzo importante, se presenta con arritmias, palpitaciones o un pulso más lento y se produce de forma súbita sin ningún tipo de indicio. Todo ello podría indicar que la causa se encuentra en alguna anomalía cardíaca que requiere un diagnóstico y tratamiento.
Los síncopes benignos suelen ser los más habituales y entre los que esconden una patología los más comunes son los ocasionados un problema cardíaco (arritmias, problemas en las válvulas o cardiopatía isquémica) frente a los ocasionados por un problema neurológico.
En los síncopes de origen neurológico sí existen secuelas en comparación con el resto de síncopes ya que pueden deberse a un accidente isquémico transitorio o a una trombosis cerebral.
¿POR QUÉ ACUDIR AL MÉDICO DE FAMILIA?
Cuando se acude a consulta se toma la tensión, las constantes vitales y si es necesario se realiza un electrocardiograma que pueda detectar la necesidad de un marcapasos o una arritmia grave que requiera de un desfibrilador.
La mayoría de síncopes son benignos o reflejos pero siempre hay que descartar una posible patología que los ocasione y para ello lo mejor es acudir al médico de familia aunque ya haya pasado un tiempo porque se puede referir al facultativo cómo ha sido, en qué situación se ha producido y un electrocardiograma, las constantes y la auscultación pueden ser suficientes para derivar al cardiólogo.
"La entrevista médica, los antecedentes clínicos y los fármacos que se están tomando puede ser más que suficientes para detectar una posible causa ya que se puede preguntar al paciente o a su acompañante por las circunstancias en las que se produjo, la existencia de dolor torácico o palpitaciones", señala el doctor.
Para los síncopes benignos se proporcionan recomendaciones de estilo de vida como controlar el estrés y aprender a manejar las situaciones que los desencadenan, así como a detectar cuándo se van a producir para evitar caídas.
¿CÓMO ACTUAR FRENTE A UN SÍNCOPE?
Los síncopes benignos pueden ser más comunes en verano dado que el calor ocasiona cifras de tensión más bajas, vasodilatación y se produce una mayor sudoración y pérdida de líquidos lo que puede hacer que llegue menos sangre al cerebro.
"Lo principal es estar bien hidratado si estamos en verano, lo más adecuado es tumbarse y levantar las extremidades. No existen ni se recomiendan fármacos para prevenir este tipo de situaciones", señala el doctor Alonso.
Si la persona está en el suelo hay que ponerle las piernas en alto para que el flujo sanguíneo llegue antes a la cabeza. "Hay que acompañar a la persona para estar seguros de que responde bien, preguntarle si ha pasado más veces y si se suele recuperar bien. Aunque todo ello tranquilice se debe aconsejar acudir al médico", señala el facultativo.
Cuando se trata de un mayor y la recuperación tarda es mejor acudir a un centro de salud o llamar al 112 para que los clínicos realicen en el lugar donde se encuentra un electrocardiograma y valoren la situación.