MADRID, 3 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de la Universidad de Princeton (Estados Unidos) ha estudiado cómo funciona nuestro cerebro cuando queremos encontrar algo que hemos perdido.
Según su teoría, los humanos estructuramos los recuerdos de este tipo utilizando lo que llaman 'límites de eventos'. "Intuitivamente, percibimos la estructura en forma de acontecimientos en la experiencia continua. Una 'visita a un restaurante' y un 'viaje en tren' son ejemplos de este tipo de acontecimientos. Cuando un evento termina y empieza otro, la gente percibe un límite de evento, y los observadores humanos coinciden sustancialmente en los momentos exactos en que se produce un límite de evento", ha explicado Sebastian Michelmann, autor principal del estudio, que se ha publicado en la revista científica 'Psychological Science'.
La investigación de Michelmann y sus colegas sugiere que las personas utilizan estos límites de sucesos como 'peldaños' para escanear sus recuerdos cuando intentan recordar ciertos hechos o fragmentos de información.
En el caso de perder unas llaves, esto podría implicar retroceder hasta el último momento en que recuerdas claramente tener las llaves (por ejemplo, cuando se entra por la puerta principal) antes de saltar a un evento de 'llamada telefónica' y luego a un evento de 'ver la televisión', momento en el que podrías recordar haber colocado las llaves junto al mando a distancia.
"Cuando las personas buscan en recuerdos continuos, pueden hacerlo lenta y minuciosamente, pero también pueden saltar al siguiente evento cuando deciden que la respuesta que buscan no está en el evento actual. Los límites de los eventos son puntos de acceso importantes para este salto, por eso nos referimos a ellos como peldaños en el proceso de búsqueda en la memoria", ha explicado Michelmann.
Los investigadores examinaron este proceso mediante una serie de tres estudios en línea en los que se encargó a los participantes que escanearan sus recuerdos en busca de detalles sobre dos versiones abreviadas de siete minutos de la película Gravity.
En el primer estudio, los investigadores establecieron los límites de los acontecimientos dentro de cada cortometraje haciendo que 104 participantes pulsaran un botón cada vez que percibieran que un acontecimiento había terminado. Como en investigaciones anteriores, las percepciones de los participantes sobre los límites de los acontecimientos fueron muy coherentes.
En el segundo estudio, 180 participantes respondieron a preguntas sobre los acontecimientos de ambos cortometrajes. Cada pregunta empezaba identificando un acontecimiento principal de la película antes de pedir al participante que recordara información que hubiera ocurrido después de ese momento.
Por ejemplo: "En la estación espacial, vemos pequeñas llamas que vuelan por el pasillo. ¿Cuándo será la próxima vez que veamos fuego?". Las preguntas se diseñaron para que implicaran un único acontecimiento aislado o un número concreto de límites de acontecimientos con una duración determinada. Una vez formulada la pregunta, los participantes debían pulsar el botón "Responder" en cuanto recordaran la respuesta.
Al comparar el tiempo de ejecución real de cada evento o conjunto de eventos con el tiempo que tardaban los participantes en pulsar el botón de respuesta, Michelmann y sus colegas determinaron que los individuos eran capaces de escanear 1 segundo de un evento en unos 48 milisegundos.
Los participantes escaneaban, de media, sólo 1,9 segundos de un evento antes de pasar al siguiente si no encontraban la información que buscaban. Los investigadores descubrieron que su modelo de escaneo de la memoria basado en escalones, que tiene en cuenta el momento en que aparece la información de interés dentro de un acontecimiento y, en consecuencia, la distancia del objetivo a los límites del acontecimiento, se ajustaba mejor a las respuestas de los participantes que un modelo basado únicamente en la duración de cada acontecimiento escaneado.
"El modelo de los peldaños predice que la distancia entre el objetivo y el límite del evento anterior contribuye en gran medida a los tiempos de respuesta, porque un umbral de omisión bajo garantiza que se pase poco tiempo dentro de cada evento; sin embargo, el evento final se busca sin omitirlo", ha detallado Michelmann.
Los investigadores probaron este modelo en un tercer estudio con 100 participantes. En esta ocasión, se pidió a los participantes que simularan mentalmente o 'repitieran' todo lo que ocurría entre dos eventos límite de cada película.
Aunque los participantes seguían realizando cierto grado de compresión temporal, tardaban más tiempo en revisar los acontecimientos completamente simulados que cuando buscaban información, lo que sugiere que recordamos los acontecimientos con un umbral de omisión mayor cuando simulamos que cuando escaneamos nuestros recuerdos.
"El tiempo de búsqueda puede explicarse mediante un modelo en el que los participantes se saltan todos los eventos excepto el último, que debe reproducirse en su totalidad para encontrar el recuerdo buscado que contiene", ha remachado el investigador.
En futuros trabajos, Michelmann quiere estudiar cómo el conocimiento esquemático de la información de nuestro entorno interactúa con la memoria episódica para favorecer el recuerdo de experiencias específicas frente a las típicas.
Así, apunta que recordar cómo es una fiesta de cumpleaños típica podría ayudarnos a recordar detalles concretos de la celebración del 30 cumpleaños de una persona, por ejemplo, pero confiar demasiado en estos esquemas también podría enturbiar nuestros recuerdos de detalles únicos.