MADRID, 7 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigación del Centro Max Delbrück de Medicina Molecular (MDC, por sus siglas en inglés), en Berlín, Alemania, informa en la revista 'Molecular Cell' que las fibras cortas de proteína preceden a la formación de depósitos más grandes que se acumulan en los cerebros de aquellos afectados por la enfermedad de Huntington incurable, a veces llamada corea de Huntington. Estos resultados podrían mejorar el diagnóstico y ayudar en la búsqueda de nuevos medicamentos.
"¿Cuáles son las partículas que son tóxicas para el cerebro? Esta es una pregunta sin respuesta que se encuentra en el corazón de muchas enfermedades neurodegenerativas", explica el profesor Erich Wanker, del MDC. En la enfermedad de Huntington, por ejemplo, los grupos de proteínas en las células nerviosas de los pacientes forman depósitos, pero no se sabe por qué estos son dañinos, qué es exactamente lo que desencadena la enfermedad y en qué consiste el disparador molecular.
Junto con su equipo, el profesor Wanker ha identificado precursores muy pequeños de estos depósitos: cadenas de proteínas que se agrupan para formar pequeñas fibras. A diferencia de los ya conocidos depósitos de proteína relativamente grandes, estas fibras tienen una longitud de alrededor de diez milésimas de milímetro y consisten en proteínas huntingtinas mutadas que están unidas entre sí. Sus propiedades permiten predecir el inicio y el curso de la enfermedad, según revelan los autores de este estudio, que se publica en la revista científica 'Molecular Cell'.
MESES ANTES DEL INICIO DE LA ENFERMEDAD
Anne Ast, estudiante de doctorado en el equipo de Erich Wanker, descubrió las diminutas fibras de huntingtina en los cerebros de pacientes fallecidos, pero también en moscas de la fruta, gusanos y ratones cuyas células produjeron la proteína mutada. Estas fibras se formaron en ratones antes de que se desarrollaran depósitos proteicos más grandes y mucho antes del inicio de la enfermedad, lo que permitió a la investigadora predecir con meses de anticipación si un animal enfermaría.
Los autores observaron la formación de las fibras en un experimento de tubo de ensayo. Esos expertos fusionaron la proteína huntingtina mutada con una proteína fluorescente e introdujeron esta proteína producida artificialmente en el tejido cerebral extraído. Las proteínas fluorescentes se unieron a las cadenas de proteína huntingtina en el extracto de cerebro, alargando la cadena fibrosa. Se detectaron fácilmente a través de su fluorescencia.
El equipo de investigación utilizó este método para determinar cómo de rápido crecerían las fibras dañinas y cómo de grande era su potencial para desencadenar la formación de nuevas cadenas de proteínas. Después de activar específicamente la formación de fibras en las células, pudieron medir a qué velocidad se formaron las fibras y así predecir la gravedad de la enfermedad de Huntington en gusanos, moscas y ratones genéticamente modificados: cuanto más fuerte es la actividad de las partículas, más fuerte se vieron afectados los animales.
"Nuestros resultados son la mejor indicación hasta la fecha de que las fibras de huntingtina competentes para germinar son en realidad responsables del trastorno", dice Wanker. Los métodos de su equipo, explica, han hecho visible algo que no se había podido ver antes. "Creemos que ésta es la mejor evidencia hasta ahora de que la proteína mal plegada también desencadena la de Huntington", continúa Wanker, explicando que hace que la hipótesis de que los depósitos de proteína sean simplemente un producto de desecho de la enfermedad sea aún menos probable. "Este es un gran paso para el campo", afirma.
APLICACIÓN EN EL DIAGNÓSTICO
Una de las áreas de aplicación para estos resultados sería el diagnóstico. Wanker explica cómo, actualmente, un análisis de genes puede confirmar que un paciente definitivamente desarrolle la enfermedad de Huntington y morirá prematuramente. Sin embargo, continúa, ser capaz de proporcionar información adicional sobre si la enfermedad surgirá a la edad de 40 o 60 años, o detalles sobre cuán grave será, puede ayudar a los pacientes a lidiar con la enfermedad. "Sería increíble si un día pudiéramos determinar la progresión de la enfermedad", dice Wanker. Sin embargo, la prueba aún está muy lejos de tener una aplicación clínica.
Por el momento, el nuevo método tiene un gran potencial para la investigación y la búsqueda de nuevos medicamentos. Las proteínas huntingtina mutadas se pueden extraer del tejido en su etapa anterior y probarse con sustancias farmacéuticas para tratar de inhibir su actividad dañina. Wanker espera que esto conduzca al descubrimiento de nuevos agentes que podrían usarse para combatir la causa de la enfermedad de Huntington.