MADRID, 18 Sep. (EUROPA PRESS) -
Científicos del Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL) del País Vasco han conseguido entender mejor los criterios que existían sobre el funcionamiento del área visual de las palabras, demostrando la la existencia de dos zonas cerebrales implicadas en la lectura.
En concreto, el estudio, publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Science' (PNAS), ha mostrado que la zona básica para la lectura tiene una función perceptual y otra léxico-semántica, pero que cada una está residenciada en un subárea diferente y conectadas por medio de circuitos distintos.
El área visual de las palabras, denominada técnicamente corteza ventral occipitotemporal, es una zona con la visión que sirve tanto para extraer la características de la información visual como para enviar dicha información y recibir otras informaciones del resto de la red cerebral de la lectura.
En este sentido, para llevar a cabo el trabajo, dirigido por el doctor Kepa Paz-Alonso, se sometió a un centenar de personas a técnicas de resonancia magnética funcional y estructural con el fin de descubrir si dentro de esa zona había dos áreas distintas que realizaban funciones diferentes y estaban conectadas estructuralmente a vías distintas, aunque complementarias, del circuito de lectura.
Para ello, comprobaron qué puntos se activaban mientras las personas leían, e identificaron el circuito de la lectura viendo cuáles eran los conectores o tractos de materia blanca que unían las distintas zonas de la corteza cerebral que estaban activas al leer.
La resonancia reveló cómo era la activación funcional según el tipo de tarea que hacían los individuos, más perceptual o más léxico-semántica, y también comprobó que había partes de la corteza cerebral con composición y tipos de neuronas diferentes, algo que indicaba que cada parte realizaba tareas distintas.
Así, los expertos observaron por primera vez que el área visual de la lectura está dividida en dos zonas que se conectan con otras partes del cerebro para resolver tareas. De esta manera, una de las áreas cerebrales se encarga de la extracción de la información visual y la otra de transmitir dicha información al resto de zonas.
Ambas están implicadas en la lectura, pero son diferentes, y permiten al personal investigador trabajar en una u otra zona en función de si busca procesos perceptuales o semánticos. "Este estudio permite aunar tradiciones distintas y debates teóricos de investigación sobre el área principal de la lectura. Además, ayuda a entender mejor cómo funciona el cerebro durante la lectura y qué tipo de procesos se llevan a cabo en un sitio o en otro, que hasta ahora se creía que eran el mismo", ha aseverado Paz Alonso.
Del mismo modo, prosigue, los resultados obtenidos ayudarán a avanzar en la investigación de trastornos de lectura como la dislexia porque permitirán comprobar qué áreas del cerebro muestran menor activación durante la lectura entre personas que la sufren. Y, por otro lado, contribuirán a comprobar el peso de estas áreas de la lectura en distintas lenguas como el inglés, el español, el hebreo y el chino, algo en lo que ya trabaja el BCBL junto con otros centros de investigación y Universidades en Estados Unidos, Israel y Taiwan.