MADRID, 31 Jul. (EDIZIONES) -
Son pocas las personas que a lo largo de su vida no han sufrido un esguince de tobillo. Se trata de una lesión frecuente porque puede suceder a cualquier edad. En particular, los tobillos son bastante vulnerables a este tipo de lesiones por el pequeño tamaño del hueso que lo sustenta, y la fuerza que sobre él ejercemos constantemente en movimiento.
En este sentido, el doctor Javier Cervero Suárez, del servicio de traumatología del Hospital Infanta Elena de Valdemoro (Madrid), define el esguince de tobillo como "una lesión de los ligamentos que mantienen la estabilidad de la articulación". Según indica, generalmente ésta se debe a un traumatismo por torsión del tobillo, por un mal paso o una caída, con mucha frecuencia asociados con una actividad deportiva. La clínica inicial (los signos de que existe un esguince) suelen ser de dolor e inflamación del tobillo; aunque depende del grado del esguince.
El especialista concreta que hay tres grados de esguinces de tobillo: el 'grado 1', el más leve, aquel en el que se produce una distensión o de las fibras que componen el ligamento; el 'grado 2', aquel en el que se genera un desgarro pero aún hay continuidad entre las fibras del ligamento; y finalmente el 'grado 3', el "más grave y menos frecuente", aquel en el que tiene lugar una rotura completa del ligamento, por lo que precisa de tratamiento quirúrgico para reparar el ligamento.
"El grado 1 y el 2 son los más frecuentes y se diferencian por el nivel de tumefacción y de dolor. En el grado 2 el tobillo, por ejemplo, se pone bastante inflamado. En ambos casos el tratamiento similar. Hoy en día los esguinces de 'grado 1' y de 'grado 2' no suelen inmovilizarse de forma rígida. A juicio del doctor Cervero, suele ser suficiente en estos casos con un vendaje funcional o una tobillera que permita al paciente deambular, a la vez que se va cicatrizando la lesión tendinosa. Eso sí, precisa que el tiempo de inmovilización funcional varía en función del grado de esguince.
CONSEJOS PARA SOBRELLEVARLO
Aparte, destaca que también está indicado poner hielo en las primeras 24-48 horas tras producirse la lesión; mantener el pie en alto siempre que uno esté sentado, con el fin de disminuir la inflamación; así como la toma de antiinflamatorios, con el objetivo de que disminuya esa inflamación. "La fisioterapia y la rehabilitación para la recuperación de un esguince siempre puede contribuir a una mejora de la lesión", especifica el experto del Hospital Infanta Elena de Valdemoro.
Asimismo, el doctor Cervero considera que, después del tratamiento, siempre viene bien fortalecer los músculos del tobillo, de cara a recuperar la fuerza muscular y conseguir que el tobillo logre la misma estabilidad que antes de la lesión. "Se consigue con ejercicios dirigidos de 'propiocepción' que le indicara su especialista, como por ejemplo, la realización de figuras en el aire, mediante el balanceo delante y atrás del tobillo, o con ejercicios de desequilibrios a la pata coja sobre una superficie inestable. Deben realizarse entre 4 y 8 series de cada ejercicio, y la duración de cada una la marca el cansancio de la pierna, el del pie y el del tobillo.
En cuanto al tiempo de recuperación, el traumatólogo sostiene que éste es "variable" y dependerá del grado de la lesión, por lo que puede oscilar entre los 15 días y los 6 meses. Según destaca, es importante cumplir las normas pautadas en el tratamiento para evitar cronificar la lesión o no caer en una recaída. En caso de que vuelva a producirse el esguince de tobillo, el doctor Cervero ve "importante" la valoración de un especialista para descartar lesiones crónicas asociadas.
¿HAY QUE ACUDIR SIEMPRE QUE SE TENGA ESGUINCE AL ESPECIALISTA?
Al tratarse de una lesión muchas veces muy leve, no hay por qué acudir siempre al especialista. "Un esguince muy leve no necesita inmovilización por lo que siguiendo estos consejos en casa, además de restringir aquellas actividades que desencadenan el dolor sería suficiente durante un tiempo prudencial para que el tobillo se recupere. Hay acudir al especialista en el momento en el que se está muy molesto y el tobillo está muy inflamado, yante cualquier duda, siempre", recalca el traumatólogo.
Finalmente, destaca que la prevención reside en el uso de un buen calzado, por ejemplo de unas zapatillas deportivas adecuadas o de unas botas de monte adecuadas si se va a hacer monte, que protejan el tobillo en caso de que los terrenos sean irregulares; así como mantener la fuerza de los músculos que intervienen en la movilidad del tobillo (gemelos, el sóleo, el tibial anterior, y los músculos de los dedos de los pies).